Sin detenerse y a buen ritmo avanzó la fila de miles de británicos que esperaron por horas para ingresar al Palacio de Westminster y despedirse de la reina Isabel II, pero algunos esperarán hasta 30 horas para estar por unos instantes lo más cerca posible del ataúd, vestido con el estandarte real y la corona imperial, que cuenta con unos tres mil diamantes.
Desde temprana hora, el féretro, ahora tirado por caballos, fue trasladado del Palacio de Buckingham por la avenida Mall a Westminster, entre la estridencia de miles de ciudadanos y turistas, quienes siguieron de cerca la procesión de la familia real, encabezada por el rey Carlos, sus hermanos, Ana, Eduardo y Andrés, y sus hijos, los príncipes Guillermo y Enrique, quienes estuvieron acompañados de sus esposas.
Los herederos fueron escoltados por un regimiento de dos oficiales y más de 30 soldados, enfundados en sus uniformes rojos, mientras resonaban una salva de cañones y el Big Ben a un costado del camino hasta que el ataúd fue llevado al Salón Westminster, sede del Parlamento.
En tanto, la multitud se aproximó para captar imágenes de esta histórica ceremonia para el último adiós de quien falleció la semana pasada y cuyo féretro recorrió desde el Castillo de Balmoral, en Escocia, hasta la capital de Gran Bretaña, para los funerales.
Ya en el recinto, los grupos que se encuentran haciendo fila, algunos desde hace días, atravesaron anoche la rueda de la fortuna y confían en ser de los hasta 750 mil que ingresarán a la Capilla ardiente para ser testigos del adiós a la única monarca que conocieron, pues el ataúd permanecerá casi 85 horas en el recinto, lo que representa que de confirmarse el pronóstico de visitantes desde ayer y hasta la madrugada del 19 de septiembre, entrarán al Palacio unas 150 personas por minuto para hacer un recorrido alrededor del ataúd de su majestad, mismo que estará resguardado por una guardia real en todo momento, misma que se alternará y entre la que ya hubo incidentes, pues anoche se captó el desvanecimiento de un uniformado cuando yacía de pie a unos metros del féretro.
El hecho provocó una breve interrupción en la señal en vivo a nivel mundial, para auxiliarlo y retirarlo de la zona, sin que se reportará la causa de su desplome o su condición tras el fuerte impacto de cara contra el piso de piedra.
El incidente no afectó el ingreso de los ciudadanos, quienes hasta el cierre de esta edición, seguían ingresando paulatinamente al inmueble, luego de sobrepasar estrictas revisiones de seguridad.
DESCARTAN RUPTURA
La separación de Estados de la corona británica es improbable en el corto plazo, aunque todo dependerá de las directrices que siga el rey Carlos III, aseveró la internacionalista Norma Soto.
Para la académica de La Salle de momento no hay señales de que pretendan convertirse en repúblicas o impulsar algún referéndum en la materia, pese a que mucho antes de la muerte de la monarca Barbados hizo lo propio.
“Parece ser que se van a mantener así”, aseveró a La Razón en torno a las posibilidades de que alguno de los reinados o miembros de la Commonwealth intente independizarse y destacó que ello muestra el lazo que mantienen con la monarquía, pues para tomar una decisión estos territorios deben poner en la balanza los cambios económicos que ello acarrearía, pues romper con la Corona supone perder un comercio efectivo para abrirse a nuevos mercados.
Pero no descartó que busquen algún cambio, de acuerdo a la vigencia de acuerdos comerciales actuales y recalcó que será crucial este año, antes de que oficialmente sea coronado.
Soto Castañeda agregó que durante este proceso debe ser muy cuidadoso como país hegemónico, pues “sentará las bases de lo que será su reinado para el resto del futuro”, pues cualquier disposición o hasta atropello, podría avivar los intentos de separación de quienes no consideran una buena ruta ser una monarquía o no es bien visto para algunos como rey, al recordar las polémicas que ha vivido en el ámbito personal como el divorcio de Lady Di y su posterior matrimonio con Camila, ahora reina consorte.
Asimismo, resaltó los rápidos pasos que ha dado al reunirse con los cuatro aglomerados de la Gran Bretaña, Escocia, Irlanda del Norte, Gales, Inglaterra, y admitió que la relación y plan que mantenga con la primera ministra, Liz Truss, también serán de gran relevancia en términos económicos, para mantener y reforzar vínculos comerciales y de cooperación con naciones dependientes y hasta organismos internacionales, como integrante del G-7 y del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).