Al izar otra vez una bandera en territorio invadido, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, resaltó la contraofensiva de sus fuerzas al afirmar que estos pasos los acercan al triunfo, mientras aliados piden cautela, pues el rival puede atacar otros frentes y no hay garantías.
“Nos movemos en una dirección: hacia la victoria”, sostuvo el líder en un video compartido en Telegram, luego de sorprender a tropas en Izium, con lo que recobran la esperanza para los suyos en el día 203 de la invasión, luego de caer en menos del enemigo desde abril pasado.
Tras entonar el himno con su ejército, Zelenski resaltó que la resistencia da resultados, pues una nueva estrategia los llevó a reinstalarse en hasta ocho mil 500 kilómetros cuadrados de Járkov, cerca de la frontera, y en el sur, según datos de la viceministra de Defensa, Hanna Maliar, con 388 asentamientos reconquistados.
Con este impulso, el mandatario refirió que tienen la capacidad de repetir lo hecho en otras regiones, pues prevé el ingreso de más tropas a Donetsk, por la que el Kremlin justificó la guerra, y en Jerson, aunque decenas de soldados repelen ataques en Zaporiyia y zonas cercanas como Nikopol y Dnipropetrovsk.
Al respecto, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, admitió que son mínimas las posibilidades de que la guerra termine pronto, reduciendo los ánimos en Ucrania.
Tras una llamada telefónica con el líder ruso, Vladimir Putin, admitió que sería aventurado creer que la paz está cerca al referir “tengo la sensación de que estamos muy lejos”. No obstante, ve avances en temas de seguridad nuclear, exportaciones y hasta garantías para indagar posibles crímenes de guerra.
En torno al escenario actual, Zelenski admitió que en este triunfo también hay dolor, pues han hallado destrucción con ciudades desiertas, soldados y civiles muertos e inmuebles convertidos en escombros, situación que comparó con Bucha, poblado recuperado en abril pasado.
Sus declaraciones fueron respaldadas por el fiscal de Járkov, Oleksandr Filchakov, quien comentó que no descartan escenas muy similares a las de Bucha, Borodyanka e Irpin, sitios que los ocupantes transformaron en fosas comunes, tras ejecutar a cientos de civiles.
En torno a esas tragedias, la Fiscalía y fuerzas defensoras compartieron evidencia de las cámaras de tortura que los del Kremlin usaron contra residentes de Balaklia. Los soldados revelaron imágenes de anotaciones, como el Padre Nuestro, que las víctimas hicieron en paredes de oficinas usadas como prisión. Asimismo, se identificaron cuatro cuerpos con signos de tortura.
Dichas instalaciones fueron equipadas con sistema de grabación con los que presuntamente grabaron la electrocución durante interrogatorios, obligaron a sus rehenes a dormir en el suelo y algunas víctimas fueron enterradas, por lo que anticipan exhumaciones, según el jefe de la Policía de Járkov, Sergei Bolvinov, pues con el antecedente de Bucha, se aprestan a obtener testimonios de los crímenes de guerra cometidos.
Pese a los avances, líderes de la nación y algunos gobiernos aliados alertaron que, aunque ganan espacio en un terreno, no pueden descuidar otros frentes, pues aún falta mucho por recorrer para poner fin a esta operación militar que Rusia insiste en rechazar que sea un guerra.
En medio de esta situación, aliados recordaron que Rusia podría apretar las amenazas en temas energéticos al arrebatar más instalaciones eléctricas o nucleares y seguir presionando a gobiernos europeos con el gas, pues como proveedor tiene ventaja, aunque Europa afina un plan para recaudar fondos con impuestos, mismos que permitirán mantener la ayuda a Ucrania, a la que prometió recursos para la reconstrucción.
En esta tónica, mandos militares pidieron no bajar la guardia en la ofensiva para intensificar los daños causados a Rusia, luego de que se reportara que sus soldados cruzaron de manera masiva la frontera de regreso a Moscú.
Mientras aumentan las sospechas de nuevos ataques, pues ayer Zelenski sufrió un choque cuando un vehículo se impactó contra su convoy. Hasta el cierre de esta edición, no se precisó si fue incidental o deliberado, mientras agencias dijeron que tuvo lesiones menores.
PUTIN DESCARTÓ LA PAZ
Ante el debilitamiento ruso, se reveló que casi al inicio de la invasión Vladimir Putin tuvo en sus manos un acuerdo que incluía la anexión de territorios, pero lo rechazó.
Reuters afirmó que el enviado ruso, Dmitri Kozak, consiguió el pacto y exhortó a su líder a aceptarlo, pero éste optó por la campaña militar ante la amenaza expansionista de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y porque las condiciones no eran suficientes.
Tras la filtración, el vocero del régimen, Dmitri Peskov, descalificó esa versión alejada de la realidad; mientras que el asesor de Zelenski, Mijailo Podoliak, apuntó que Rusia no quiso negociar y usó el diálogo como cortina de humo.