Luego de un recorrido de más de 30 kilómetros desde Westminster, el féretro de la reina Isabel II arribó al altar de la Capilla de San Jorge, en Windsor, para el servicio Committal.
Ochos miembros de la Guardia Real fueron los encargados de trasladar en hombros el ataúd desde el vehículo fúnebre hasta el interior de la Capilla en donde se celebrará una ceremonia en honor a su majestad.
La familia de la monarca acompañó el cortejo desde las escalinatas del recinto, en donde se observó al rey Carlos III acompañado de sus hermanos Ana, Andrés y Eduardo, y de sus hijos el Príncipe de Gales, Guillermo, y Enrique, mientras que al interior los esperaban sus respectivas parejas, así como otros familiares entre los que destacan los bisnietos de Isabel II, Jorge y Carlota, quienes participaron en la procesión a la salida de Westminster.
El féretro fue trasladado en una ruta conocida como Long Walk y sólo unas 800 personas, entre familiares y amigos muy cercanos participarán en esta ceremonia que será uno de los últimos actos públicos como parte del funeral de Estado, poco antes del entierro de su majestad, pues sus restos descansarán junto a los de su esposa Felipe, duque de Edimburgo, y su padre, el rey Jorge VI.
Esta ceremonia religiosa se da a más de 10 días del fallecimiento de la monarca, hecho ocurrido el pasado 8 de septiembre a los 96 años.