Los dos perros corgis de la reina Isabel II, Sandy y Muick, fueron captados cuando la procesión fúnebre ingresaba a la Capilla de San Jorge, en el Castillo de Windsor.
Las últimas mascotas de la monarca esperaron el paso del féretro en uno de los patios, bajo el cuidado de dos adiestradores, previo a la ceremonia conocida como el Servicio de Compromiso.
Las fotografías de las mascotas, que quedaron a cargo de uno de los hijos, en el recinto recordaron el cariño que la monarca tuvo por estos animales, pues de acuerdo con la familia real y medios británicos en más de 90 años de vida estuvo acompañada de 30 perros de esta raza y ella misma afirmó que “mis corgis son mi familia”.
Cabe destacar que estas mascotas acompañaron a la reina en sus últimos años, pues su hijo Andrés y sus hijas se los regalaron a la monarca tras la muerte de un corrí que tenía y para que no estuviera sola, especialmente tras la muerte de su esposo Felipe, quien falleció en abril del año pasado.
Tras el deceso de la reina surgieron dudas sobre quién se quedaría o cuidaría a Sandy y Muick, fue días después que la casa real confirmó que ambos perros quedarán bajo el cuidado del duque de York y de su exesposa Sarah Ferguson.
En las inmediaciones de la Capilla también fue visto el caballo favorito de la monarca, Emma, mismo que estaba a un costado del pasillo por donde pasó el féretro, también junto a un cuidador.
FBPT