Líderes europeos sospechan que la fuga en los gasoductos Nord Stream 1 y 2 en el mar Báltico pudo ser ocasionada por un sabotaje, pero el Kremlin también externó su desconfianza al considerar que los daños parecen provocados.
En Alemania y Dinamarca surgieron las dudas, luego de que fuentes del gobierno señalaron que es poco probable que se tratara de una coincidencia, debido a que Rusia ha suspendido el suministro a varias naciones en represalia por las sanciones tras la guerra en Ucrania.
Y un día después de que se reportaran estos incidentes, Suecia y Dinamarca confirmaron que en la zona hubo al menos dos explosiones submarinas, mismas que fueron registradas por las estaciones sismológicas el pasado lunes 26 de septiembre.
Una ocurrió durante la madrugada y la segunda casi 12 horas después, mismas que provocaron ondas inusuales en la región. Incluso una de éstas provocó un sismo de magnitud 2.3, de acuerdo con el sismológico sueco.
A dichos señalamientos se sumó Rusia al señalar que la avería registrada pudo ser provocada. Según un comunicado del régimen de Vladimir Putin se trata de un acto sin precedentes en el que ambos gasoductos resultaron dañados y agregó que de momento se desconoce cuánto tiempo tardarán en repararlo.
En tanto, el operador del gasoducto indicó que se registró una baja de presión en el gasoducto número 2 y ya evalúan y vigilan la otra instalación para descartar cualquier riesgo.
Sin embargo, precisó que dichas acciones no afectan los suministros a la región, según medios rusos, mismos que recordaron que uno de éstos está suspendido temporalmente y el otro no ha entrado en operaciones.
lem.