Ante la violencia persistente en la campaña electoral de Brasil, el Tribunal Superior Electoral (TSE) prohibió el uso de armas y municiones a días de los comicios presidenciales que lideran el mandatario Jair Bolsonaro y el izquierdista Inácio Lula da Silva.
Los siete jueces del organismo acordaron de manera unánime la restricción entre el 1 y 3 de octubre para evitar nuevos incidentes violentos y proteger a los votantes, luego de varios crímenes y ataques entre simpatizantes de quienes encabezan la contienda.
Y se advirtió a la población que el veto incluye a personas con permisos de uso y portación de éstas y hasta coleccionistas, por lo que cualquiera que incumpla la orden o sea atrapado llevando municiones en la vía pública será enviado a prisión por delitos electorales, de acuerdo con un comunicado.
Dicha medida es más estricta que el plan que se anticipaba, pues según el diario O Globo los jueces pretendían alejarlas de un radar de 100 metros de los centros de votación para evitar amenazas o incidentes mayores el día de la elección.
Y tras hechos recientes, como el asesinato de un seguidor de Lula da Silva, y la recomendación de los líderes policiales de todas las regiones, los magistrados reforzaron la estrategia, de acuerdo con el comunicado del tribunal.
La medida permanecerá en vigor un día después de que se revelen los resultados parciales ante el clima de división política en el país, entre aquellos que repudian la permanencia en el gobierno del ultraderechista y quienes ven un revés en caso de que su rival, el del Partido de los Trabajadores (PT), ocupe nuevamente el principal cargo en la nación.
Ante este escenario, al que ha abonado el gobierno al poner en duda la fiabilidad del resultado, se prevé un aumento de la vigilancia para garantizar que no se registren enfrentamientos o intentos de intimidación en esta primera vuelta.