Zelenski reitera que recuperarán “lo que es suyo”

Kiev redobla ofensiva, pese a nueva amenaza

Tropas defensoras se hacen de territorios invadidos tras expulsar a cinco mil rusos; alertan aliados por despliegue del Kremlin del submarino Belgorod con arma del “juicio final”

Tropas ucranianas se adentran en territorio invadido a bordo de tanques que eran del enemigo, ayer.
Tropas ucranianas se adentran en territorio invadido a bordo de tanques que eran del enemigo, ayer. Foto: AP

Las fuerzas ucranianas redoblaron la estrategia de recuperación territorial al instalarse en Liman y en Torske, en Donetsk, para evidenciar la “farsa” de la anexión y los referéndums, lo que ven como una puerta a retomar “lo que es suyo”, pero los rusos siguen bombardeándolos.

En el avance en las localidades clave, ubicadas en los límites del Donbás, los locales ahuyentaron a unos cinco mil invasores, según el ejército defensor, ante lo que el presidente Volodimir Zelenski, advirtió que sus soldados están listos para recuperar lo que les pertenece, apretando los controles.

En un videomensaje, compartido a través de Telegram, el mandatario indicó que la contraofensiva no se concentra sólo en los territorios que la semana pasada el régimen de Vladimir Putin se adjudicó en una ceremonia ilegal en Moscú.

Explicó que la fortaleza de sus tropas les da para arrebatar al invasor Crimea, territorio que les quitó por la fuerza en 2014, pues con la anexión garantizó una vía terrestre, a través del corredor anexado Donetsk, Lugansk, Jerson y Zaporiyia.

Hecho que respaldó la inteligencia británica, pues reafirmó que el retorno a un sitio clave vulnera los planes del invasor, que sigue perdiendo hombres y replegando a sus fuerzas, lo que contrasta con las versiones del Kremlin de que la movilización se debe a una mejor posición, para evitar reconocer otra derrota en el campo de batalla a unas semanas de que expulsaran a sus bases de Jerson y de Járkov. En tanto, aliados de Putin insisten que la avanzada ucraniana es un esfuerzo de EU para tratar de destruir Rusia.

Al respecto, Zelenski sostuvo que en Liman no hay rastro del supuesto apoyo para la anexión de la que alardeó el

Kremlin, presuntamente en relación a que no hubo resistencia ciudadana para el ingreso de los defensores.

Muestra de ello es que en la región ahora ondean nuevamente las banderas ucranianas, hecho que aseveró ocurrirá en las otras ciudades que Rusia aún controla, mientras que la prensa y el ejército ucranianos divulgaron imágenes de las nuevas bases en este punto, ubicado muy cerca de Lugansk.

Sin embargo, pese a los múltiples avances, los soldados ucranianos siguen dando la batalla en otros frentes como en Dnipropetrovsk, Jerson, Chernigov, Mikolaiv y Zaporiyia.

En uno de éstos eliminaron puestos de mando y hasta depósitos de municiones, mientras que en la última región los ocupantes mataron a 31 locales y líderes de Ucrania urgieron la liberación del director de la planta nuclear, mientras la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés) alista otra inspección, ante los amagos de Putin de usar armamento nuclear.

Al respecto, Ucrania y aliados como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no descartan nuevas amenazas, pues reconocen que las acciones de recuperación podrían ser usadas como excusa rusa para emplear más fuerza, incluso nuclear.

Fuentes de la alianza estratégica detectaron que el Kremlin colocó en aguas su submarino Belgorod, con miras a probar sus misiles, lo que recuerda que éste transporta el torpedo Poseidón —que mide el doble que un proyectil promedio—, identificado como el arma “del juicio final” o “del Apocalipsis”, debido al impacto que tendría en caso de explotar a dar en algún objetivo.

Según datos del periódico italiano

La Repubblica el submarino ya navegaría aguas del océano Ártico, lo que pone bajo sospecha que éste haya sido usado para perforar los gasoductos Nord Stream 1 y 2, mismos que registran cuatro fugas presuntamente ocasionadas a propósito por el ejército de Putin, aunque éste reviró las acusaciones y culpó a Occidente del daño a sus instalaciones.

Sin datos confirmados, se cree que el submarino es usado desde hace unas semanas al recordar que su capacidad permite que esté en el agua por hasta 120 días sin tener que regresar a la superficie y avanza bajo sigilo, lo que evita que otras embarcaciones lo detecten. Y es que aliados de la OTAN recordaron que éste fue entregado por Flota Norte de la Armada Rusa desde julio pasado, fecha en la que pudo ser puesto en mar.