El lanzamiento de misiles no bastó a Norcorea como muestra de poder y aumentó sus provocaciones a Corea del Sur con una escalada en los ejercicios militares al enviar 12 aviones militares a la frontera con la nación vecina.
Pese a sus denuncias por una supuesta “amenaza” a la estabilidad asiática, el ejército de Kim Jong-un redobló las incitaciones hacia el opositor y a menos de 10 horas de disparar nuevos proyectiles cerca de aguas de Japón ahora desplegó su fuerza aérea para mostrar a Seúl la capacidad de respuesta ante los simulacros que ese país realiza en cooperación con Estados Unidos.
El Estado Mayor Conjunto surcoreano expuso que ocho aeronaves de combate y cuatro bombarderos avanzaron en formación hacia territorio especial, identificado como línea de reconocimiento, a sólo unos kilómetros de la frontera. Incluso se detectaron pruebas simuladas de tiro a tierra, elevando las amenazas contra la región.
Ante lo que el gobierno de Yoon Suk-yeol denominó como otro “movimiento provocativo”, el ejército surcoreano no se quedó de brazos cruzados y respondió con casi el doble de aeronaves, pues desplegó hasta unos 30 de combate para evidenciar que no aceptará más advertencias de esa nación.
Y reiteró que cada acción del régimen de Jong-un tendrá respuesta inmediata para garantizar la seguridad de la población y la protección de la zona intercoreana como medida preventiva ante un posible ataque del país vecino.
Al respecto, la agencia de noticias Yonhap relató que la nación provocada mantiene la mira en su respuesta y, por ello, continúa operaciones con apoyo del Ala de Cazas de la Fuerza Aérea del gobierno de Joe Biden, pues su enfoque en detener cualquier amenaza del régimen de Pyongyang, que, pese a las condenas internacionales, sigue desarrollando y probando a diestra y siniestra sus misiles de largo y corto alcance para mostrar que en algún momento éstos podrían alcanzar a la potencia estadounidense, con la que tiene diferencias.
Más tarde, los de Seúl retomaron ejercicios militares junto a los ejércitos estadounidense y japonés —involucrado en esta escalada por el asedio norcoreano con sus misiles de largo alcance— en aguas de la Península coreana.
Por primera vez en cinco años, probaron destructores de los tres países, incluido el portaaviones estadounidense Ronald Reagan, que inquietó a la potencia balística, y aviones para mejorar su capacidad de localizar e interceptar misiles balísticos, perfeccionar la coordinación con la nación aliada y reforzar las estrategias para detener los esfuerzos del rival en torno a sus avances en arsenal balístico y nuclear.
Los surcoreanos desplegaron buques de guerra, sus destructores Aegis y Munmu de siete mil 600 y cuatro mil 400 toneladas, respectivamente, así como el submarino nuclear Annapolis, de acuerdo con reportes confirmados por la agencia Yonhap.
Ello garantiza la coordinación entre las naciones luego de que los de Pyongyang arreciaron sus acciones militares en respuesta a los planes de EU en la región, mismos que considera buscan provocar un riesgo en la región. Incluso, algunos gobiernos advierten que los desafíos de Norcorea son muestra de que siguen expandiendo su arsenal, pues en este año prácticamente ya impuso un récord de lanzamientos con casi 40 a falta de un trimestre para concluir el 2022.
Y destacó que la nueva escalada coincide con la fecha marcada por el gobierno para dialogar con Japón con miras a definir una estrategia conjunta ante dichas provocaciones, en la que Suk-yeol y el primer ministro nipon, Fumio Kishida, coincidieron en calificar como “seria y grave” la situación actual.
FBPT