La Unión Europea (UE) declaró persona non grata a la enviada nicaragüense, Zoila Yanira Müller Goff, ante la expulsión de su represente, Bettina Muscheidt, ordenada por el régimen de Daniel Ortega.
Más de 10 días tardó el Consejo europeo en responder a la afrenta y, como se anticipaba, optó por una medida espejo ante la sanción abrupta del mes pasado, pues advirtió que respondería de manera “firme y proporcionada”; incluso medios locales reconocieron que la opción más viable era la salida de Müller Goff, quien llegó a la región en junio del 2021, luego de representar a esta nación ante otro país de la región, Bélgica.
El bloque de 27 países reiteró que su compromiso está con el pueblo nicaragüense y con la democracia, al notificar la medida recíproca contra la dictadura, aunque no se estableció un plazo para que la funcionaria abandone la región.
Dicha medida fue propuesta por el alto representante de Política Exterior, Josep Borrell, luego de que su embajadora fuera declarada non grata y obligada a salir del país en 72 horas; pues recriminó la acción arbitraria sólo porque la funcionaria y líderes europeos no quitan el dedo del renglón en busca de la liberación de casi 200 presos políticos, quienes son víctimas del gobierno sandinista.
A través de un comunicado, la UE reiteró su llamado a la gestión de Ortega y Rosario Murillo, esposa y vicepresidenta nicaragüense, a retomar el diálogo, pues sólo una negociación genuina pondrá fin a la crisis persistente, hecho que ha reclamado desde mediados del año pasado cuando el régimen aprehendió y encerró a adversarios políticos que buscaban la presidencia, así como a periodistas, defensores de los derechos humanos, organizaciones no gubernamentales y líderes estudiantiles y sociales.
Y, pese a que Ortega reforzó la represión de críticos, pues decenas de detenidos suman un año tras las rejas y bajo condiciones inhumanas, recalcó su disposición para ser parte del diálogo para superar esta situación que se intensificó desde el año pasado.
Incluso días antes de anunciar la decisión, el bloqueo europeo insistió en los llamados a Nicaragua para detener esta persecución, que recientemente se extendió a representantes católicos, a quienes también arresta, acorrala en iglesias y centros religiosos o expulsa, como el caso de una monjas.
No obstante, ésta no es la única acción que ha impulsado, pues para garantizar el restablecimiento de la democracia, líderes de Europa, siguiendo los pasos de Estados Unidos, han impuesto sanciones económicas y de restricción de viaje a integrantes del gobierno, mandos policiales y familiares de Ortega.
Pues ve a éstos como cómplices del asedio con el que Ortega logró su reelección en diciembre pasado ante la falta de opositores en los comicios, resultados que desconocieron Europa y EU.
Dicha medida fue celebrada por críticos al recordar que la UE sigue pendiente de la situación en Nicaragua, mientras la Policía sandinista refuerza el cerco contra la oposición al retomar procesos penales contra periodistas, como integrantes del diario independiente La Prensa, a quienes acusa de socavar la soberanía nacional, al igual que a sus opositores, a quienes vincula con gobiernos extranjeros, sin presentar pruebas.