Países de Occidente y aliados de Ucrania redoblaron su apoyo a la nación invadida ante la nueva embestida con más de 30 misiles en su territorio al garantizar total respaldo y mayor seguridad, ante las enérgicas demandas del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
Pese a las condenas internacionales por nuevos crímenes de guerra, el ejército de Vladimir Putin arremetió contra el gobierno vecino al bombardear de manera simultánea zonas residenciales como Leópolis y Zaporiyia, ésta última por tercer día consecutivo, mientras las sirenas antiaéreas no dejan de sonar, avivando el terror entre la población.
En una reunión del G-7, a la que invitaron al líder defensor, Zelenski resaltó que ante esta nueva escalada sus tropas requieren de escudos antiaéreos y hasta sistemas más modernos para defenderse de los nuevos embates, pues tan sólo en 48 horas los ocupantes lanzaron más de 100 proyectiles.
Y, aunque resaltó que su ejército derribó o interceptó más de la mitad de éstos, aseveró que el país y el mundo necesitan más esfuerzos para detener al Kremlin.
Durante el encuentro virtual, exhortó a sus homólogos a ser más duros y severos contra Putin al imponer nuevas sanciones para acotar su poder.
“Rusia debe ser completamente aislada y castigada”, expresó al apuntar directamente contra los recursos energéticos del régimen para golpear su economía, pues insistió que ésa es la vía para alentar a los ocupantes a retornar a su territorio y poner fin a esta guerra que se acerca a su octavo mes, pues sigue atacando infraestructura civil, energética y hasta de ocio.
En respuesta, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ratificó su compromiso para dotar de más equipo militar, como los solicitados sistemas antiaéreos, a los soldados defensores, y advirtió que las cosas le están saliendo mal a Vladimir Putin al señalar en entrevista con CNN que su homólogo ruso “calculó mal” esta estrategia.
Mientras que otras naciones externaron su solidaridad y adelantaron medidas para reforzar la seguridad en la región, pues Zelenski advirtió que Bielorrusia, también vecina, podría sumarse al combate, por lo que pidió enviar a observadores internacionales, pues el régimen de Alexander Lukashenko justificó su posible participación al señalar, sin pruebas, que es amenazado por los de Kiev.
Por separado, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a la que busca sumarse Ucrania, señaló que es buen momento para actuar contra los rusos al resaltar que estos nuevos ataques son signos de “debilidad” de las fuerzas que invadieron Ucrania en febrero pasado; hecho que respaldó el líder de ciberinteligencia británico, Jeremy Fleming, al sostener que los invasores están agotados, ante las constantes bajas y los movimientos forzados.
El líder de la alianza estratégica, Jens Stoltenberg, ratificó que 14 países en conjunto realizarán maniobras militares y nucleares anuales de disuasión en la región al señalar que no hay razón para detener los planes previstos, pues consideró que cancelarlos enviaría una “señal equivocada” a Putin y los suyos, ante la intensificación de ataques en Kiev y otras ciudades, pues reiteró que en una escalada nuclear no habrá ganadores.
Y es que las fuerzas de Putin elevaron los ataques contra Ucrania tras el presunto atentado terrorista en Kerch, pero fuentes de Inteligencia estadounidenses aseguraron que en realidad dichas acciones estaban previstas días antes de la explosión en la infraestructura clave.
Además, ante esta escalada gobiernos como Francia reiteraron que habrá una respuesta firme ante los crímenes documentados por las fuerzas defensoras, luego de que éstas confirmaran que ya recuperaron y exhumaron 78 cadáveres en zonas ocupadas como Liman, en Donetsk, entre ellos varios menores de edad.