El gobierno de Estados Unidos extendió, otra vez, la emergencia sanitaria por COVID-19 ante el riesgo de que en este invierno aumenten los contagios.
Aunque las autoridades reconocen que las muertes diarias y las infecciones van en descenso, prevén que en los próximos meses hay mayor probabilidad de una infección por este virus, debido a las condiciones climáticas y a las festividades, especialmente ante la creencia de que “desapareció” el virus, mientras más personas vuelven a actividades como solían hacerlo.
Asimismo, como parte de la estrategia, las autoridades reiteraron los llamados a acudir por las vacuna de refuerzo contra COVID-19 y así garantizar la protección de la población, principalmente entre adultos mayores y los más pequeños, al recordar que ya hay disponibles dosis bivalentes, pues combaten al virus original y a las variantes de Ómicron.
Cabe destacar que recientemente se aprobó una tercera inyección para los menores de entre cinco y 11 años, a sólo unos meses del invierno, temporada en la se registran más enfermedades respiratorias por las bajas temperaturas, como coronavirus e influenza.
El coordinador de la respuesta de la Casa Blanca ante el COVID, el doctor Ashish Jha, resaltó que 13 millones de personas en el país ya recibieron este refuerzo.
Sin embargo, sigue la división por el manejo de la pandemia, pues los republicanos presionan al gobierno para que ponga fin a la emergencia de salud pública en franca crítica al gobierno demócrata de Joe Biden, quien poco antes de las elecciones intermedias exhortó al Congreso a garantizar miles de millones de dólares adicionales para vacunas y pruebas de detección, como parte de la estrategia de contención en el país con más contagios y decesos por la pandemia a nivel mundial.
CEHR