Actos vandálicos se replicaron en Bogotá ante el reclamo de una falta de atención de las autoridades a indígenas, quienes a punta de palos aumentaron la presión y golpearon a policías, hecho ante el que el gobierno advirtió sanciones firmes y ofreció una recompensa por los agresores.
Líderes de la capital de Colombia celebraban un diálogo con el sector por el desplazamiento de quienes llevan meses en alojamientos temporales cuando los originarios de Embera llevaron su movilización hasta el edificio Avianca en rechazo al incumplimiento de un acuerdo para desocupar el Parque Nacional.
En el lugar los inconformes acusaron que a 17 meses del pacto siguen sin ser escuchados, por lo que vandalizaron la zona y hasta retuvieron a empleados.
Ante la escalada en la que participaron niños y adolescentes, el Escuadrón Móvil Antidisturbios acudió a la región para calmar los ánimos, pero los indígenas arremetieron en su contra al acusar que los enviaron para someterlos, lo que detonó una batalla campal con un saldo de al menos 27 lesionados, de acuerdo con la alcaldía de Bogotá.
Según medios locales, los policías trataron de impedir que se extendieran la violencia, pero la confrontación elevó los roces y los inconformes se lanzaron contra los uniformados a quienes agredieron con palos, piedras y hasta patadas.
En redes sociales se compartieron videos del momento en que manifestantes golpean a uniformados tirados en el suelo o arrastran a otros que resguardaban el transporte público, sin importar que entre ellos había mujeres. Ante el nivel de violencia ciudadanos intervinieron al rescatar a rastras a heridos, visiblemente ensangrentados, pero los indígenas atacaron por igual a los civiles.
Según el reporte oficial la mayoría de las víctimas son policías, con un total de 14, ocho gestores del diálogo y cinco civiles; aunque la cifra podría ser mayor, ya que al cierre de esta edición no hubo un balance de parte de los manifestantes.
Tras los hechos, los gobiernos federal y capitalino condenaron la agresión de indígenas y advirtieron sanciones categóricas, pues ya se investiga cómo iniciaron los choques. Incluso, el presidente, Gustavo Petro, visitó a varios heridos para ratificar que ya se trabaja para sancionar a los provocadores.
A través de redes sociales, el exguerrillero recriminó que una protesta agresiva jamás es la solución.
Por separado, la alcaldesa bogotana, Claudia López, resaltó su apoyo y adelantó que agencias locales abrieron una investigación para dar con los responsables y aplicar las sanciones correspondientes.
“La alcaldía, la Policía y el Ministerio de Defensa hemos dado instrucciones para que se denuncie y judicialice a responsables de actos violentos”, sostuvo tras los choques violentos al tiempo que la Policía ofreció 50 millones de pesos por información que permita identificar a los delincuentes, pues cometieron al menos tres delitos: violencia contra servidor público, lesiones personales y obstrucción a la vía pública, hechos en lo que incluso mujeres con niños en la espalda o embarazadas se sumaron a la violencia.
Ante ese panorama, la alcaldesa se lanzó fuertemente contra los indígenas emberas al sostener que el gobierno les da refugio y ayuda humanitaria y a cambio éstos responden con agresiones “inadmisibles”, hecho que respaldó su secretario de Seguridad, Aníbal Fernández, al ratificar que esos graves hechos no quedarán sin castigo.
DGM