La lucha para detener la crisis climática no es sólo es contra el tiempo, sino contra nosotros mismos, aseveró el secretario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, ante la Conferencia Climática COP27 al advertir que “estamos en una carretera hacia el infierno climático con el pie en el acelerador”.
Durante su presentación en Egipto, el líder del organismo recalcó que los retrasos en la respuesta son los que nos tienen en el escenario actual, pero la humanidad, única responsable de esta situación, aún tiene el control sobre el futuro, en el que seguimos perdiendo la batalla de manera irreversible.
Guterres reiteró, como lo ha hecho en conversaciones climáticas previas, que el planeta alcanzó un nuevo punto de inflexión en el que sólo hay dos caminos: ganar o morir.
Y aseveró que Egipto puede convertirse en la sede de un pacto solidario, en referencia al llamado del líder de esta edición, Sameh Shoukry, o en el lugar donde se firmó “un pacto suicida colectivo”, por la falta de acciones conjuntas y de mayor magnitud para evitar la temida alza de hasta 1.5 grados centígrados de temperatura prevista para esta década, que, dijo, si insisten en no cambiar el camino podría ser mucho mayor casi del doble, según nuevos pronósticos.
Por ello, el líder aprovechó esta nueva edición de la COP para recordar a los líderes del mundo que la ventana de oportunidad se cierra cada día más sin una respuesta concreta. Por lo que convocó, otra vez, a los mandatarios y encargados de políticas ambientales a ser más firmes para revertir los daños catastróficos, al precisar que tan sólo los últimos ocho años fueron los más cálidos.
Asimismo, el líder de la ONU insistió que esta década es crucial para sentar las bases de lo que no han logrado, pues no todos actúan por la misma ruta.
También reprendió a las naciones contaminantes, al insistir que un paso relevante en esta crisis es poner un alto definitivo a todas las emisiones de gases de efecto invernadero, tema en el que EU y China son los que más contaminan, pues afirmó que es posible dejar de depender de los combustibles fósiles, tema en el que la guerra se ha convertido en un factor determinante.
Sin embargo, algunos de los países afectados por la reducción de suministros energéticos rusos advirtieron que no permitirán que estos contratiempos limiten sus proyecciones.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, confirmó que redoblará su apuesta para responder a las demandas y triplicará los recursos para combatir este problema, aunque dicha promesa será a partir de 2025, según su presentación. Además, ofreció garantizar el respaldo a las naciones que requieren recursos para adaptar sus medidas al plan de París, Francia.
En tanto, el presidente francés, Emma-nuel Macron, sostuvo que ni la guerra los hará retroceder en lo acordado, pues explicó que no pueden esperar a que Rusia ponga fin a la invasión para retomar las compromisos urgentes en torno al medio ambiente.
Y por la tarde, la discusión provocó reclamos de países pobres a las potencias, al acusar que éstas últimas son las que contaminan, pero son los que menos recursos tienen los que sufren la pesadilla del cambio climático con severos desastres naturales que cada vez son peores, sin la capacidad para responder a su población para revetir estos problemas.
Uno de los mas críticos contra los ricos fue el líder de Kenia, William Ruto, pues dijo que cambiar a energías verdes no es suficiente, pues aunque hacen su parte, las naciones ricas contaminan y provocan daños a la salud entre su población. Y se lanzó duramente al puntualizar, de acuerdo con Associated Press, que su pesadilla es culpa de esos países y puso como ejemplo que su territorio tendrá que pagar hasta 50 mil millones de dólares anuales a partir de 2050 para cubrir los daños que cometieron otros.
Su reclamo fue respaldado por el presidente de la República Centroafricana, Faustin Archange, quien aseveró que “África no debería pagar por crímenes (ambientales) que no ha cometido”.
Por lo que insistieron en la necesidad de aportar fondos para aumentar su respuesta ante la crisis climática.
Pero no sólo el continente desafió a éstos, pues a nombre de América Latina Barbados sostuvo que son las potencias las que le han fallado al mundo. La primera ministra, Mia Motley, reconoció que es injusto que ellos paguen las consecuencias de la contaminación de los más ricos, al promover el financiamiento como un plan de compensación de daños.
lem.