Tropas se repliegan hacia territorios aliados

Rusia abandona Jerson a 5 semanas de la anexión

El ejército de Putin concluye retiro, que los defensores tachan de deportaciones forzadas; advierten Zelenski y gabinete que esa estrategia puede ser otro “teatro” del invasor, que ayer perdió a un mando en la zona

Soldado ucraniano celebra los avances del ejército local en Donbás, ayer. Foto: AP

Luego de varios días de evacuaciones forzadas, las tropas rusas abandonaron por completo Jerson a sólo cinco semanas de que el régimen invasor de Vladimir Putin se anexara la región junto a Donetsk, Lugansk y Zaporiyia.

La resistencia mostrada por los defensores ucranianos impidió que los invasores se afianzaran en este punto, pese a que los rusos presumían que era su territorio. Y finalmente por orden del ministro de Defensa, Sergei Shoigu, salieron oficialmente al concluir el retiro de civiles, armamento y soldados, aunque en el primer caso los locales denunciaron un proceso masivo de deportación.

Pese al revés, las tropas no retornaron hasta Rusia o su frontera, pues de acuerdo con mandos ucranianos éstas sólo retrocedieron hacia el río Dnipro, en la ruta que conecta con los otros territorios que se apropió tras referéndums que la comunidad internacional desconoció.

En dicho punto para garantizar que no sean alcanzados por los defensores presuntamente destruyeron los puentes de Novokairi y Milove, según un reporte que el líder del Consejo Regional de Jerson, Sherrhii Jlan, dio a la agencia Ukrinform, lo que se relaciona con recientes avisos de que se prohibió el cruce al lado occidental de esta ciudad.

Hecho que confirmó el Kremlin, de acuerdo con la agencia rusa TASS, pues las fuerzas armadas reportaron que terminó la “transferencia” de aliados luego de detectar una presunta “amenaza”, en referencia al avance de los soldados de Volodimir Zelenski sin especificar si sufrieron bajas recientes en las disputas que calificaron como “difíciles” para ver quién controlaba este punto clave, por ser el más cercano hacia Crimea, zona que Rusia asume como suya desde 2014. Pero sí aseveró que sus fuerzas eliminaron a unos nueve mil del ejército local, al que culpa de actos nazistas.

Y la nación sigue acumulando tropiezos, pues en los recientes combates perdió a uno de sus líderes. Funcionarios y medios ucranianos confirmaron que durante el proceso de salida falleció en un accidente el subjefe de la ocupación en Jerson, el prorruso Kiril Stremousuv, quien fue clave para que los de Putin se adentraran en esta zona y lograr sus objetivos, entre ellos la anexión. Y en reconocimiento el Kremlin le concedió la Orden del Valor de manera póstuma.

Pese al abandono en esta ciudad, el gobierno ucraniano estima que los enemigos permanezcan cerca de la zona al justificar un plan de defensa de sus regiones o en espera de nuevas órdenes.

El mandatario señaló que todo apunta a que se trata de otro “teatro” de los dirigidos por Putin para emboscar a los suyos, por las destrucciones en la zona para prácticamente cazarlos.

Hecho que respaldó su gabinete, al declararse en alerta al admitir que es posible que éstos sean enviados a otros asentamientos que sienten en riesgo.

Sin embargo, afirma que no hay datos específicos sobre qué planea Moscú con este repliegue, pero lo más seguro es que los retirados se reúnan con fuerzas en Donbás, en donde podría realizar operativos contra civiles y tropas ucranianas.

Incluso, mandos del ejército local señalaron que ello se asemeja a tácticas que han usado antes para arreciar los embates en su contra. Al respecto, el principal asesor presidencial, Mijailo Podoliak, refirió que como en otras regiones no hay claridad “de que Rusia abandone Jerson sin luchar”, pues en días recientes éstos movilizaron a una sexta parte de los 300 mil reservistas que reclutó.

Pero recalcó que están preparados para responder a cualquier ataque como hasta ahora, pues dijo que su estrategia sigue firme y basada en datos de Inteligencia no en declaraciones del rival, al burlarse de los planes de los rusos.

Este escenario de derrotas rusas consecutivas refuerza el impulso de Occidente para que estas naciones vuelvan a las negociaciones para poner fin a la guerra, pues a ocho meses de la invasión consideran que los ucranianos se encuentran en mejor posición para imponer sus condiciones y terminar con ataques en regiones importantes como Kiev, la capital de Ucrania.