Estados Unidos, Corea del Sur y Japón acordaron reforzar su alianza en materia de seguridad para responder a las provocaciones y tensiones del régimen de Norcorea, que en las últimas semanas lanzó varias rondas de pruebas balísticas.
Durante un un encuentro trilateral, los líderes Joe Biden, Yoon Suk-yeol y Fumio Kishida, reconocieron como prioridades el interés de atenuar las disputas históricas y la urgencia de reducir las amenazas nucleares, por lo que anticipan mantener una “firme” respuesta contra el ejército de Kim Jong-un.
Dichas declaraciones exponen el riesgo de que los de Pyongyang reanuden o escalen la situación regional, pues en el último mes generó al menos tres alertas de posible impacto en Japón y Corea del Sur, gobiernos que exhortaron a su población a resguardarse, en eventos diferentes durante octubre y noviembre.
Y precisaron que las tres naciones mantendrán todo su esfuerzo en disuadir las pruebas con las que Jong-un busca amedrentar e intimidar sus territorios, en rechazo a ejercicios militares en aguas cercanas a la Península.
En tanto, en una reunión bilateral, entre las dos naciones asiáticas, los mandatarios señalaron que se mantiene vigilancia en torno a las acciones del rival y ratificaron que cualquier nueva amenaza o riesgo de ensayos nucleares desencadenarán “una respuesta fuerte por parte de la comunidad internacional”, esto luego de participar en una Cumbre Oriental.
Por separado, Suk-yeol, cuyo gobierno tiene antecedentes históricos con el país del norte, recalcó que la desnuclearización es parte esencial de las condiciones para garantizar la paz en la zona, hecho por el que su gobierno reiteró que la oferta de un diálogo sigue en pie para llegar a un acuerdo con la nación que lanza artillería y misiles por igual en ambas costas de los límites fronterizos, de acuerdo con la agencia oriental Yonhap.
DGM
