Aaron Brink, el padre de Anderson Lee Aldrich, cuestionó las preferencias sexuales de su hijo al saber que el bar en el que perpetró un tiroteo era LGBT.
Como si no fuera grave que su hijo asesinara a cinco personas con un rifle tipo AR-15, el padre, un entrenador de artes marciales mixtas de 48 años, se mostró más afectado de que el ataque fuera en un club que frecuentaba la comunidad gay.
Así lo declaró el propio Aaron, quien se asume como republicano conservador, durante una entrevista con CBS al detallar que al enterarse del tiroteo sólo se preguntó “¿es gay?”, en torno a su hijo de 22 años, contradiciendo que lo fuera, pues no tenía idea que Anderson, quien se cambió de nombre en 2016, tuviera esas preferencias, evidenciando mayor impacto en lo que se decía de su hijo que el crimen que cometió. Y recordó que las autoridades le llamaron para notificarle de los hechos ocurridos en el Club Q de Colorado Springs del pasado 19 de noviembre, momento en el que le preguntó a su hijo “¿eres gay?”.
Y continuó con esas declaraciones al afirmar que en su familia “no somos homosexuales”, por su religión y sus ideologías; aunque después dijo que aunque tuvieran creencias en contra de este sector no había motivo para que su hijo les disparara.
Asimismo, el hombre indicó que fue por los medios que se enteró que Anderson, antes conocido como Nicholas Brink, se asume como no binario, de acuerdo con las declaraciones de la defensa en su primera cita ante un juez.
LRL