El régimen de Vladimir Putin cambió su estrategia contra las fuerzas ucranianas al acusar a esa nación de elevar la amenaza terrorista y nuclear con más ataques en territorio ruso.
A unos días de que el Parlamento declarara al Kremlin Estado terrorista, el invasor busca demostrar que es el rival el que recurre a tácticas de terror al denunciar un ataque por segundo día consecutivo contra instalaciones militares.
Según líderes rusos los enemigos provocaron otra explosión con drones en la base Belgorod, luego de hacer lo mismo para dañar varias de sus aeronaves en Riazan y Saratov, lo que supone un peligro real en la nación.
Por lo que el mandatario convocó a su Consejo de Seguridad para responder con severas y necesarias medidas para evitar la repetición de tales agresiones, sin hacer alusión a la estrategia con la que su ejército lanza entre 70 y 90 misiles por día contra los defensores de Kiev para dejarlos sin infraestructura vital y arrebatarles el suministro de luz y agua en gran parte de la nación, hecho que Ucrania ve como un plan de “terror energético”.
Asimismo, Moscú señaló que los soldados de Volodimir Zelenski siguen acosando a pobladores en Donetsk, donde supuestamente lanzaron un ataque contra la región que Rusia se anexó, aunque los locales culpan de esta agresión al rival.
Por separado, el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, advirtió que los enemigos insisten en orillar la guerra a un escenario nuclear, pues dijo que éstos se adentran en terreno peligroso al lanzar ataques contra la central de Zaporiyia.