Luego de varios intentos de liberar a la basquetbolista Brittney Griner, el gobierno de Estados Unidos aceptó un intercambio con Rusia para el retorno “sana y salva” de quien fue detenida antes de que estallara la guerra en Ucrania.
Al admitir que los últimos 10 meses fueron “infernales” para la atleta de la Asociación Nacional de Baloncesto Femenino (WNBA, por sus siglas en inglés) por supuesto tráfico de drogas, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, confirmó que ella volverá al país para reunirse con su esposa, Cherelle Griner, al precisar que al momento del anuncio desde la Casa Blanca la joven de 32 años ya viaja rumbo a su casa.
Dicha liberación, con la que la deportista evita la condena de nueve años en prisión, se da a cambio de la entrega del traficante de armas ruso Viktor Bout, conocido como el “mercader de la muerte”, quien cumplió menos de la mitad de la condena prevista, pues llevaba casi una década en poder de las autoridades estadounidenses luego de ser detenido en Tailandia por suministrar ilegalmente armas a grupos rebeldes en Colombia.
Luego del canje, que según el Ministerio de Exteriores ruso se realizó en el aeropuerto de Abu Dhabi, el demócrata comentó que habló vía telefónica con la joven en compañía de Cherelle y dijo que, pese a que recientemente fue trasladada a una zona penal de la región soviética, conserva el ánimo al resaltar “ella está a salvo (…) de camino a casa”, en donde se le realizará una evaluación médica completa; mientras que la pareja de la acusada dijo que después de ser abrumadas como familia muy pronto estarán juntas como antes.
Hecho del que Biden compartió fotografías, en las que se ve a la esposa de la estrella de la WNBA en el Despacho Oval durante una reunión también con la vicepresidenta, Kamala Harris, y el secretario de Estado, Antony Blinken.
Sin embargo, no hizo énfasis en la entrega del criminal, que críticos ven como victoria de Moscú, pues detener a la joven antes de la guerra le sirvió para retornar a su tierra a Bout, mientras ambas naciones se acusan mutuamente de usar el arresto de extranjeros con fines políticos.
Asimismo, el Kremlin denunció que el supuesto criminal fue sometido a presiones físicas y psicológicas en “las mazmorras” estadounidenses. Al respecto, el embajador ruso en Washington, Anatoli Antonov, refirió que soportó con fortaleza este proceso al mostrar el carácter ruso.
Al respecto, no se pronunció el gobierno de Volodimir Zelenski, mientras sus fuerzas se concentran en la recuperación energética y territorial, ante los golpes que siguen provocando apagones en la nación y que eleva los temores por riesgos humanitarios por la falta de suministros ante la paralización nocturna, por la falta de luz.
Al respecto, personal de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió que además de los peligros por la guerra se complica el apoyo que brindan, pues sin los recursos necesarios se rompe la cadena de suministros.
Por separado, defensores denunciaron que casi un día después de la reciente advertencia nuclear de Vladimir Putin las tropas invasoras pusieron en riesgo la central de Zaporiyia, pues, para responder a los ataques contra su territorio, los soldados del Kremlin colocaron sistemas lanzacohetes muy cerca de los reactores de la mayor planta nuclear en la región invadida, lo que aviva los temores de una catástrofe o escalada en lo que el gobierno ucraniano ha calificado como estrategia de “terror nuclear”.
fgr