El presidente depuesto en Perú, Pedro Castillo, rechazó someterse a pruebas toxicológicas y psiquiátricas, pese a los alegatos de la defensa y hasta aliados, que sugieren que fue drogado, pues el detenido dijo que no recuerda el mensaje con el que declaró Estado de excepción en el país.
El Instituto de Medicina Legal de la nación sudamericana reveló que desde el pasado 9 de diciembre su personal intentó hacer las revisiones médicas para comprobar el estado de salud del quien se encuentra detenido por rebelión y, tras varios intentos, el exmandatario rechazó que le sacaran sangre al argumentar que eran “médicos camuflados” y que desconocía cuál era su intención.
Para los investigadores, dicha postura genera sospechas sobre sus alegatos, pues ello permitiría exponer si pudo ser drogado o intoxicado, pero Castillo Terrones insiste en bloquear a tres días de su arresto que se le realicen pruebas para analizar si hay sustancias extrañas o drogas en su organismo.
Incluso, denunció un “plan maquiavélico” por parte de la fiscal, Patricia Benavides, al argumentar que teme “por seguridad y mi integridad”, pero sin entrar en detalles sobre cuáles son las intenciones del órgano judicial y hasta del nuevo gobierno.
Dicha postura fue dada a conocer por el legislador Guillermo Bermejo al compartir en redes sociales una carta de puño y letra del líder campesino en la que expone la supuesta presencia en el centro de detención de personal “camuflado” para sacarle sangre.
En el texto el líder andino relató que “un grupo de médicos camuflados y una fiscal sin rostro me obligaron a sacarme una muestra sin mi consentimiento”.
CEHR