La Unión Europea (UE) prevé aumentar el respaldo económico a Ucrania con un monto extra de hasta dos mil millones de dólares para 2023, mientras los defensores demandan sistemas antiaéreos para proteger sus instalaciones energéticas.
Aliados del gobierno de Volodimir Zelenski reiteraron su compromiso con la nación que lleva casi 10 meses en guerra y en una reunión de ministros de Exteriores acordaron elevar el apoyo para el fondo de reconstrucción de la región que suma casi dos meses tratando de reparar su industria eléctrica, en medio de apagones provocados por las fuerzas rusas.
Dicha estrategia busca solventar uno de los mayores retos en el territorio invadido, pues soldados locales trabajan a contrarreloj para garantizar el suministro eléctrico y la calefacción a civiles y tropas ante condiciones extremas con pronósticos de temperaturas bajo cero. Asimismo, gobiernos afines como España y Alemania dijeron que alistan la entrega de ayuda económica y hasta equipos como generadores y herramientas para reforzar la infraestructura eléctrica.
Este monto anunciado—previsto a entregar hasta el próximo año— representa la mitad de los daños causados a instalaciones clave, según estimaciones del primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, pues éste indicó que al momento se requieren 500 millones de dólares para reparar la industria eléctrica dañada y otros 500 para mantener la calefacción y dotar de insumos esenciales a la resistencia para mantener la lucha, pese a los embates con los que el enemigo insiste en dejarlos a oscuras y en el frío con nuevos bombardeos en zonas que se anexó Moscú, como en Jerson, Donetsk y Lugansk.
Y es que tanto para las tropas como el personal de las operadoras energéticas admiten que se complican las labores por las condiciones del campo de batalla, con terrenos en los que no se puede transitar, retrasando la ayuda para defensores.
Debemos estar preparados para cualquier intención hostil. Y haremos todo lo posible para sobrevivir a este invierno...Volodimir Zelenski, Presidente de Ucrania
Ante este panorama, el presidente Zelenski reconoció que se enfrentan a momentos críticos y “muy difíciles”, pues Rusia “no ha renunciado a sus tácticas terroristas” y siguen los apagones en Kiev y otras ciudades blanco de los invasores; pues según la última actualización 14 zonas siguen a oscuras tan sólo en la capital y 37 tienen suministro parcial.
Por ello, Zelenski demandó durante una reunión con integrantes del G-7 más armamento y equipo militar como misiles, artillería y hasta tanques.
Aseveró que deben estar preparados para cualquier plan hostil enemigo, al reconocer que son superados ampliamente en armas por las fuerzas de Vladimir Putin. Y, aunque llevan días sin ataques masivos, adelantó que es probable que Moscú esté preparando una ofensiva a gran escala, pero su gobierno se mantiene firme y “haremos todo lo posible para sobrevivir este invierno”, al llamar a los ocupantes a salir de su territorio.
En esta tónica, líderes y militares señalaron que la prioridad es contar con misiles Patriot, incluso el principal asesor presidencial, Mijailo Podoliak, explicó que ello será crucial, al estimar que el rival está prácticamente derrotado.
En sus argumentos, los locales denunciaron que el Kremlin no desiste de los bombardeos, al reportar que en las últimas horas hubo al menos dos bajas y varios heridos en Jerson, y denunciaron que, pese a las sanciones, el régimen de Vladimir Putin siguió su industria armamentística y construyó hasta 400 proyectiles desde que comenzó la guerra.
Sin embargo, hasta el momento ningún aliado respondió a la petición. Muchos de ellos se han mantenido cautos en torno a este equipo particular, pues incluso en días previos se reveló que Estados Unidos modificó misiles para evitar que éstos sean lanzados a larga distancia contra territorio ruso, para evitar una grave escalada y una representante del gobierno de Joe Biden adelantó que, de momento, sigue la discusión para ver alternativas para reforzar a los defensores.