Unas 65 mil personas se dieron cita en la Basílica de San Pedro en el primer día del velorio del Papa emérito Benedicto XVI, superando ampliamente las estimaciones del Vaticano y autoridades de Roma.
En medio de un fuerte protocolo de seguridad, miles de fieles italianos y del extranjero externaron sus condolencias en la Santa Sede al rendir homenaje al exjerarca católico, quien falleció el pasado 31 de diciembre.
Desde temprana hora, estudiosos de teología, líderes de varias iglesias y creyentes católicos hicieron fila entre oraciones a la espera de la apertura de la capilla ardiente, mientras el Papa Francisco, cardenales y personas allegadas a Benedicto rindieron tributo en una ceremonia privada a quien fungió como líder de Estado entre 2005 y 2013.
Y tras horas de espera, el cuerpo de Joseph Ratzinger fue transportado por caballeros pontificios desde el monasterio Mater Eclessiae y custodiado por una procesión de líderes en un féretro en el que lució con un atuendo como su casulla roja, por indicación del actual líder católico, y reposando su cabeza sobre dos almohadas del mismo tono.
Entre los primeros en despedirlo estuvieron el presidente italiano, Sergio Matarella, y la primera ministra, Giorgia Meloni, quienes externaron su pésame.
Minutos después abrió oficialmente el recinto para que los fieles ingresaran hasta el altar principal de la Basílica para presentar sus respetos a quien algunos consideran fue decisivo en su vocación y formación, pues marcó “sus vidas y la historia de la Iglesia”, según declaraciones recogidas por Vatican News, pues entre quienes aguardaron horas antes del inicio de los funerales destacan religiosas y jóvenes que aspiran en convertirse en sacerdotes para seguir su legado.
“Realmente nos enseñó a pensar como cristianos. Es un sabio de Dios y no se puede dejar de ir a despedirse de él”, relató al medio del Vaticano una religiosa procedente de la República Democrática del Congo. Mientras que otros destacaron que los acompañó en los momentos más difíciles, como el caso de Angelo, quien recordó que durante su papado fallecieron su padre y su suegra, por lo que tiene muy presente al Papa en retiro.
Sin embargo, también acudieron creyentes y hasta curiosos con rosarios en mano para participar en el adiós de Rat-zinger, el primero en renunciar en 600 años y cuyo cadáver reposa junto a un crucifijo y un árbol de Navidad.
Hasta el cierre de la capilla, que estuvo abierta 10 horas ayer, se reportó la presencia de 65 mil personas, casi el doble de las que anticiparon se presentarían en el primer día, por lo que esperan que entre hoy y mañana las filas sean más numerosas para despedir y ver por última vez a Benedicto, pues la Basílica estará abierta 12 horas por día hasta que el Pontífice Francisco encabece la misa para darle santa sepultura este 4 de enero.
Hasta ayer, el Vaticano adelantaba que acudirían al funeral unos 60 mil creyentes, pero ante la presencia multitudinaria consideran ajustar a una cifra mayor, y que miles más sigan la transmisión en vivo como ocurrió este lunes.