Ucrania concretó la mayor contraofensiva desde que comenzó la guerra al asesinar a 63 militares rusos en una de las regiones anexadas por el rival, mientras el gobierno advierte que el Kremlin prepara un ataque prolongado, pero llama a la población a resistir.
En el día 323 de esta guerra y tras la intensificación de los ataques tras el inicio del 2023, los defensores de Volodimir Zelenski lanzaron un ataque con misiles hacia cuarteles asentados en Makivka, en la región del Donbás, en donde, según un reporte de la brigada de Comunicaciones Estratégicas locales, eliminaron a 400 ocupantes e hirieron a 300 más, pero Moscú minimizó el golpe al señalar que sólo hubo unas 60 bajas.
Autoridades resaltaron que gracias al respaldo de aliados reforzaron su defensa, pero también aumentaron la respuesta ante los reiterados ataques dirigidos contra civiles e infraestructura energética, pues tan sólo en la última semana el ocupante apuntó sus proyectiles contra blancos en Kiev, Jerson, Járkov, Dnipropetrovsk, Sebastopol, Chernigov y Zaporiyia, entre otras ciudades, lo que evidencia el plan ruso de golpear de manera simultánea territorios clave.
Sin embargo, pese a los reportes desde la capital ucraniana, el Ministerio de Defensa ruso tachó de “exagerado” el informe, al sostener que apenas registraron 63 reclutas muertos de un grupo temporal.
Y aprovechó la situación para denunciar un incremento de ataques al exponer que son los ucranianos los que buscan extender la guerra, por ello ayer lanzaron una ronda de seis misiles HIMARS, de fabricación estadounidense, de los que dos fueron derribados, lo que supone una franca crítica también para el gobierno de Joe Biden por dotar de más equipo militar a Zelenski.
Moscú agregó que no fue el único intento de vulnerarlo, pues hubo una intrusión rival en Rusia tras detectar que un dron ucraniano afectó la infraestructura eléctrica, lo que provocó una interrupción del suministro, estrategia replicada del rival para causar más daño.
Esas declaraciones fueron tomadas por Kiev como un intento de ocultar otra vez sus bajas, pues el régimen de Putin se resiste a reconocer el número de soldados caídos; pero el líder prorruso en Donetsk, Igor Girkin, admitió que fue un golpe importante que dejó cientos de decesos, según información publicada por el diario Kiev Independent, en torno a la batalla en Donbás, en donde el Kremlin no ha logrado hacerse del control, pese a los falsos referéndums con los que declaró la zona fronteriza como propia.
Ante estos nuevos embates, Ucrania insistió que seguirán soportando, como hasta ahora, para expulsar a las tropas rusas, luego de derribar hasta 40 drones, según el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko.
Y horas más tarde el presidente Zelenski advirtió que los próximos días podrían ser mucho más intensos, pues Moscú apuesta por redoblar el desgaste como en los primeros meses para ganar terreno y aterrorizar a los civiles, ya que las sirenas antiaéreas que no han dejado de sonar en 2023.
“Rusia está planeando un ataque prolongado con Shaheds (misiles iraníes)”, informó en un nuevo discurso al señalar que en tan sólo dos días ya suman más de 80 aeronaves kamikazes derribadas, lo que representa 1.6 cada hora, ritmo que podría incrementarse en un futuro ante posibles represalias del invasor, aunque aseveró que en la actualidad la protección es más exitosa en los cielos de Ucrania al reconocer la labor tanto de pilotos como de los regimientos de Misiles de la Fuerza Aérea, a quienes instó a mantenerse atentos.
Zelenski también se lanzó fuertemente contra su homólogo ruso al declarar que la estrategia de prolongamiento, con apoyo de suministros desde Teherán, no es más que el intento de Putin de asentarse en el poder “hasta el fin de sus días”, lo que recuerda que un año antes de la invasión amplió su gobierno hasta 2036.
Además, poco antes de cumplir el año en disputa, el líder insistió que los suyos no decaerán, por el contrario, seguirán uniendo esfuerzos para hacer que cada “objetivo terrorista fracase”, pues aseveró, al impulsar a sus tropas y civiles, que está en sus manos acelerar el fin de la guerra, al agitar el coraje de quienes resisten ante la negativa rusa de aceptar las condiciones para la paz.
Esto mientras la población busca reponerse de la nueva ola de ataques con las que intentaron apagar el espíritu defensor durante las festividades, con decenas de civiles muertos entre Navidad y Año Nuevo, así como daños contra la infraestructura crítica, pues siguen los apagones como desde la llegada del invierno.
Al respecto, la firma operadora Ukrenergo reveló que el ataque nocturno de ayer provocó un nuevo revés en el sistema energético, obstaculizando los trabajos de reestructuración; no obstante, resaltó que gracias a las mejores temperaturas en la nación ha disminuido el consumo de energía, con lo que se evita un colapso del sector.
DGM
