La Unión Europea (UE) recomendó a los países miembros solicitar pruebas negativas de COVID-19 a los viajeros de China o procedentes de ese país como un “enfoque de precaución”, tal como lo hicieron de manera individual Italia, Francia y España.
En una reunión, los ministros de Sanidad de los 27 del bloque acordaron reforzar la contención sin llegar a imponer medidas, luego de las advertencias del régimen chino de tomar “contramedidas” si Occidente aumenta las restricciones contra su población, ante el temor de que la oleada de infecciones por el virus se extienda a otros territorios, como al inicio de la pandemia.
Según un comunicado, la respuesta conjunta amerita retomar algunas medidas sanitarias y por ello acordaron recomendar “encarecidamente a los Estados miembros que introduzcan, para todos los pasajeros procedentes de China el requisito de una prueba COVID negativa”, misma que, al igual que lo adelantaron otros países como Estados Unidos, no debe sobrepasar las 48 horas previas al vuelo.
La recomendación entraría en vigor a partir del próximo 8 de enero, mismo día en que China prevé reabrir sus fronteras luego de poner fin a la estricta política cero COVID para reducir la propagación del virus.
No obstante, el régimen oriental ha descalificado las medidas de otros países contra sus ciudadanos y visitantes al tacharlas de “desproporcionadas” e “innecesarias”, hecho que respaldaron algunas aerolíneas, que consideran un revés volver a las normas del inicio de la pandemia, entre ellas las que integran la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés).
AM
