La venganza por el ataque en Makivka aún no termina, pues los invasores arreciaron los embates contra civiles al bombardear un hospital, un supermercado y hasta un vehículo.
Fuerzas defensoras confirmaron que tres personas fallecieron y varias resultaron heridas tras la ofensiva en Mikolaiv, Jerson y Kramatorsk, evidenciando que el Kremlin insiste en atacar por igual infraestructura civil que blancos militares, pues aunque Moscú sostiene que sólo ataca bases militares y supuestos almacenes de armamento, sigue acumulando víctimas civiles en su plan por debilitar a la resistencia de Volodimir Zelenski.
Pese a la destrucción en el hospital, donde atienden a víctimas del conflicto que ya suma 320 días, los locales no reportaron el traslado de pacientes; sin embargo, se informó que soldados acudieron a la zona para reforzar la seguridad debido a los graves daños en el inmueble y ante posibles complicaciones para mantener en servicio el lugar. Además, en las inmediaciones de esa ciudad también se han registrado intercambios de disparos y artillería pesada.
Al respecto, la Fiscalía indicó que estos hechos se sumarán al expediente sobre los crímenes de guerra cometidos por Rusia, pues no desiste de cometer delitos incluso en las tierras que asegura son suyas, pues mantienen ataques contra Donetsk y Lugansk para ganar más y más territorio con miras a tener su control.
Pero los defensores destacan que cuentan con gran respaldo para evitar que los golpes que logre dar el invasor sean significativos, pues cada día reciben más armamento y esperan envíos de armas, vehículos pesados y generadores, que les han permitido contrarrestar el daño del invasor y mantener el suministro eléctrico en zonas bombardeadas. Y mandos militares exhortaron a mantener la cautela, pues cualquier error puede ser benéfico para el rival.