Ante la reapertura de fronteras de China, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseveró que no existe una “amenaza inmediata” de Covid-19, pese a la oleada de contagios en la región que dejó de compartir informes actualizados sobre la pandemia.
Sin embargo, el director del organismo en Europa, Hans Kluge, recomendó al régimen de Xi Jinping retomar la divulgación de cifras de positivos y decesos ante la preocupación mundial de que la crisis de Beijing con hospitales y funerarias desbordadas se repita en otras latitudes y por lo que varias naciones de Europa y América se declararon en alerta.
Incluso, justificó la respuesta de gobiernos que nuevamente solicitan pruebas negativas del virus a viajeros chinos o que estuvieron en la potencia en los últimos días, pues dijo que más que “irracionales”, como las calificó el régimen, son medidas preventivas, pues se desconoce la situación actual que enfrenta la población oriental.
También explicó que dichas acciones que asemejan a los primeros controles de cuando se declaró la emergencia mundial evidencian la inquietud por el riesgo de que esos ciudadanos arriben a sus territorios contagiados provocando una nueva propagación; en tanto, crecen las dudas de que con el fin de la vigilancia sanitaria de la estricta contención de la pandemia surjan nuevas variantes, hecho que la OMS ya aclaró al precisar que los linajes que combate ese país son los mismos que circulan en la mayoría de las naciones, pero sigue un monitoreo independiente para evitar futuras amenazas en la misma nación en la que se identificó por primera vez el SARS-CoV-2.
Asimismo, Kluge puntualizó que un cambio de China en torno a la transparencia que demandó el director del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus, daría más confianza sobre la contención sanitaria reducida que aplica, hecho ante el que el régimen ratificó que el fin de la estricta política cero Covid no significa renunciar a los controles, de acuerdo con el diario Global Times.
Pero China ignoró los llamados al aplicar las represalias que advirtió a los gobiernos que “discriminan” a su población sin motivo.
Y a casi dos semanas de que algunos gobiernos anunciaran que retomaron el requisito de pruebas negativas de entre 48 y 72 horas previas al viaje, el régimen limitó el ingreso de ciudadanos de esas naciones al suspender temporalmente la emisión de nuevas visas de corto plazo en Japón y Corea del Sur, ya sea por turismo o por negocios.
El régimen ratificó que la medida responde a las acciones en su contra por lo que aplicó restricciones contra viajeros de los socios orientales y adelantó que dicha cancelación durará el tiempo que quieran los rivales, pues hasta que pongan fin a sus actos “innecesarios” retirará dichos cambios en respeto a los principios de reciprocidad, de acuerdo con mensajes de las embajadas chinas en Tokio y Seúl en la aplicación WeChat.
Con estas declaraciones se anticipa que la potencia asiática extienda dichas medidas al recordar que “un puñado de países adoptó restricciones de entrada contra los viajeros de China”, en franca alusión a Estados Unidos, Alemania, Canadá, España, Italia y Australia, entre otros.