Las fuerzas rusas y ucranianas intensifican los ataques por el control de la ciudad minera de Soledar, mientras los defensores temen por civiles que siguen atrapados en la región, ante el riesgo de que sean tomados como rehenes, pues los invasores hicieron lo mismo en la planta de Azovstal.
Autoridades de la zona clave en Donbás admitieron que en la zona se libran “feroces batallas” al contabilizar hasta 91 bombardeos y ataques en las últimas 24 horas, según comunicaciones de mandos en las bases orientales reproducidas por el diario Ukrinform; y, aunque las hostilidades alcanzaron su punto máximo, reiteraron que aún se dan por vencidos.
Recalcaron que hacen todo lo posible para defender este punto, al insistir que aún hay cientos de civiles en resistencia en la zona, pese a las recomendaciones por evacuar, pues ante los lanzamientos y ataques con artillería no todos lograron salir.
Estimaciones del gobernador de Donetsk, Pavlo Kirilenko, dan cuenta de unas 559 personas, entre ellas varios menores de edad, que siguen en la zona, por lo que buscan la vía de garantizar su salida y protección en medio de condiciones críticas, pues imágenes satelitales muestran edificios completamente destruidos y calles inservibles debido a los cráteres dejados por misiles y otros proyectiles; pero advirtieron que impedirán que el enemigo se los lleve o asuma el control del punto que el ejército de Vladimir Putin quiere usar para adentrarse en territorio ucraniano.
Analizamos en detalle qué decisiones se necesitan, qué refuerzos se necesitan y qué medidas deben tomar los comandantes en los próximos días...Volodimir Zelenski, Presidente de Ucrania
Y resaltaron que, pese al redoble de ofensivas, los ocupantes siguen registrando pérdidas y acumulando cadáveres a la espera de nuevas indicaciones, pues según Kirilenko en la última jornada eliminaron a 100 enemigos, cifra similar a las muertes causadas en Makivka, mientras éstos pretendían ajustar su plan de combate tras el nombramiento de Valery Gerasimov como nuevo general de la guerra, a la espera de refuerzos y más armamento, según los rusos; ya que datos de Inteligencia hacen creer que los del Kremlin alistan una nueva ofensiva desde otras zonas, por lo que los locales refuerzan la frontera con Bielorrusia con apoyo de los mismos mercenarios del Grupo Wagner que luchan del lado de los invasores, no descartan que desde ahí se comience otra gran embestida, por los lazos entre Putin y el líder de esa región, Alexander Lukashenko.
En contraste, el ejército del Kremlin aseveró, a modo de intimidar a los defensores, que están más cerca del control total sin dar cuenta de bajas, a sólo unos meses de que perdieran Jerson, una de las regiones anexadas ilegalmente en octubre pasado.
Sin embargo, en Ucrania el presidente Volodimir Zelenski y su vocero, Dmitro Peskov, desmintieron las versiones rusas y aseguraron que, aunque la situación es difícil, los suyos siguen recibiendo gran apoyo.
Tras reconocer el esfuerzo de los últimos días de los defensores, Zelenski aseveró en una reunión con los mandos militares que no ha parado la entrega de municiones y equipo militar en Soledar y en Bajmut, donde sus fuerzas indicaron que, pese a la intensidad de los combates, los rusos “no logran romper nuestra defensa”, según declaraciones del vocero de las fuerzas orientales, Sergi Cherevati.
E insistió que no cederán más territorio ante los criminales rusos, pues centran sus esfuerzos en reforzar a sus tropas y en atacar desde varios frentes a la vez, mientras los ocupantes siguen dañando su infraestructura en regiones como Jerson, Kiev, Donestk y Zaporiyia, pues fuerzas locales reportaron en la primera zona nuevos bombardeos contra viviendas y hasta un hospital de maternidad en las últimas horas.