Un año con mejor salud fue la principal petición de quienes se sumaron a las celebraciones del Año Nuevo Lunar chino, luego de más de tres años luchando contra el COVID-19.
Y es que la población asiática aún no se siente alejada del virus, pese a que el gobierno así lo declaró desde hace semanas, en medio de nuevas oleadas. Por ello la ciudadanía china confía en que este año, el año del conejo, traiga más salud para todos, con miras a erradicar el SARS-CoV-2, descubierto originalmente en Wuhan a finales del 2019.
Horas antes de las festividades masivas, el régimen de Xi Jinping confirmó la muerte de casi 13 mil personas en sólo una semana, según registros de entre el 13 y 19 de enero, lo que representa casi dos mil defunciones diarias.
Con esta actualización, la potencia asiática suma más de 70 mil decesos en seis semanas, lo que acerca a la región a sus peores registros desde que comenzó la pandemia, pues, según un estudio, China alcanzaría dos nuevos picos tras el retiro de las estrictas normas de COVID, después de que el pasado 8 de enero reabrió totalmente sus fronteras, mientras que algunas naciones mantienen restricciones a sus viajeros, como el requisito obligatorio de pruebas negativas al virus.
Pero el peor balance sugiere que Beijing podría registrar hasta 36 mil decesos por día, luego de las principales vacaciones, que por la cantidad de viajes aumentan la probabilidad de que se propague el virus.
Pese a estos riesgos, la población confía que el nuevo año, según el calendario chino, atraiga mejores condiciones sanitarias para erradicar, ahora sí, el COVID-19, y dejar atrás los panoramas desoladores de hospitales, unidades de cuidados intensivos y hasta funerarias agobiadas por el drástico aumento de infecciones.
AM