A más de 48 horas del tiroteo en el Star Ballroom Dance Studio, las autoridades siguen sin esclarecer el motivo por el que Huu Can Tran baleó a integrantes del salón de baile que frecuentaba y en el que hasta dio clases nocturnas, mientras suman 11 víctimas letales.
Luego del suicidio del agresor, la Policía de Los Ángeles acumula pistas sobre el hombre asiático de 72 años, quien presuntamente pudo tratar de atacar a su exesposa, quien no ha sido identificada.
Entre la información obtenida tras interrogar a familiares, amigos, quienes lo conocían, y algunos testigos del crimen del pasado 21 de enero, oficiales siguen tras varias líneas de investigación como su carácter conflictivo, problemas mentales y hasta una posible venganza relacionada con una denuncia.
Pese a la falta de claridad, medios y fuentes policiales confirmaron que asistentes al salón de Monterey Park declararon que el agresor —identificado por cámaras de seguridad— era conocido por choques que tuvo con instructores, pues éstos se quejaron del hombre que llevaba más de dos décadas acudiendo al centro, pues éste interfería con sus clases al ofrecer lecciones gratuitas, mismas que aparentemente dirigía sólo a las mujeres.
Incluso, se reportó, de acuerdo con declaraciones de varias personas cercanas, entre ellas su exinquilino, que pese a tantos años ahí no tenía amigos.
Lo que aumenta las sospechas sobre un posible ataque directo o venganza; pues según algunos medios estadounidenses Tran iba por su exesposa, quien no fue identificada, quien descartó que alguna vez la violentara cuando aún estaban juntos. Versión que reforzó el alcalde, Henry Lo, quien comentó que una de las pistas apuntaba a que posiblemente trató de herir a su expareja, de quien se divorció en 2006 y a quien presuntamente conoció en ese estudio, de acuerdo con la cadena de noticias CNN.
Según personas cercanas a ambos, creía que ella acudiría al salón de baile o en las inmediaciones con motivo de las festividades por el Año Nuevo lunar, hecho al que no fue invitado, lo que hablaría de las represalias por las que se presentó con un arma semiautomática, mientras que un rifle fue decomisado en la vagoneta en la que huyó. Además se cree que atacó por creencias de que hablaban en su contra, no por ser un grupo de asiáticos, evidenciando las diferencias que tenía con quienes acudían a bailar a ese lugar, pues alumnos y participantes señalaron que era hostil
Pero se abre otra vertiente por una denuncia que presentó el agresor por supuesto fraude y hasta envenenamiento presuntamente contra su familia, aunque las autoridades de California no ofrecieron más información sobre la queja ni la fecha de los hechos, en medio de un panorama crítico por el que hace unos años dejó su vivienda para rentarla y mudarse a una casa rodante.
Al respecto, el jefe de la Policía de Los Ángeles, Roberto Luna, aclaró que aún hay varias vías abiertas para determinar qué lo llevó a perpetrar este ataque, el más violento en lo que va del año.
Asimismo, se confirmó que fue un ciudadano de 26 años, identificado como Brandon Tsay, quien evitó una segunda masacre cuando forcejeó con él en el Lai Lai Ballroom en Alhambra, a un par de kilómetros de la escena del crimen. El joven relató en entrevista con ABC News que desarmó al agresor cuando lo encontró en el vestíbulo del lugar que pertenece a su familia. Con la voz entrecortada dijo que actuó por instinto, pues era su vida o la del hombre armado, hecho del que salió triunfal al ahuyentar al sospechoso, quien horas después fue hallado muerto, presuntamente tras suicidarse.
Horas después, el Centro Médico del Condado de Los Ángeles notificó que, pese a los esfuerzos de su personal, uno de los heridos en el tiroteo falleció elevando a 11 el número de víctimas letales. Esto poco después de que las autoridades revelaran la identidad de dos de ellas Lilan Li (63) y My Nhan (65), mientras que se reportó que la edad de las otras tres mujeres y cinco hombres muertos oscilan entre los 50 y 60 años.
Desde esa tragedia, EU registró cuatro tiroteos más con lo que suman 37 ataques masivos y 62 víctimas fatales en 23 días del año, según Gun Violence, lo que representa en promedio 1.6 tiroteos cada 24 horas y al menos dos defunciones en cada escena. Además refleja un alza en los ataques con 10 más en comparación con la misma fecha, pero del 2022.
Pero horas después medios locales contabilizaron al menos dos tiroteos más también en California con un saldo de al menos siete víctimas fatales sin revelar el motivo de las agresiones.
Hecho que se suma a otro tiroteo temprano en una escuela para jóvenes en riesgo en Iowa en donde mataron a dos estudiantes, con lo que suman 121 menores de edad muertos en ataques o incidentes ligados con armas de fuego en poco más de tres semanas; hecho por el que el maestro fue hospitalizado y tres hombres detenidos.
