El gobierno de Brasil refrendó su alianza con Argentina, luego de las diferencias que hubo con la nación amiga durante la gestión de Jair Bolsonaro.
A sólo unas semanas de asumir el gobierno y pese al intento de golpe de Estado, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva busca la manera de reforzar lazos con la comunidad latinoamericana y viajó a Argentina para promover la moneda con la que ambas naciones buscan impulsar la economía y el intercambio comercial, como una alternativa ante las dificultades de realizar procesos en dólares.
Ahí resaltó, en su primer encuentro bilateral con su homólogo Alberto Fernández, los planes para consolidar una relación que, aseguró, será más profunda que en el pasado, luego de ofrecer disculpas por los agravios cometidos durante la gestión del ultraderechista Bolsonaro, pues Fernández lo respaldó mientras estuvo en prisión lo que provocó choques entre éste y el ultranacionalista. Y el nuevo líder recalcó que “Brasil está otra vez de brazos abiertos para los compañeros argentinos”.
El izquierdista agregó que, aunque dicho proceso supone un amplio debate regional que se prolongará por tiempo indefinido, traerá la prosperidad a la región, pues destacó que con una moneda común entre aliados, esta unión podría ampliarse con otros países que integran el Mercosur, como Paraguay y Uruguay, esto previo a la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Al respecto, Fernández también admitió que habrá dificultades para crear y afianzar una moneda común, pero dijo que ya saben cómo responden las economías y están listos para mejorar el plan; hecho ante el que su ministro de Economía, Sergio Massa, precisó que no se trata de sustituir su peso o el real brasileño sino adoptar una moneda para favorecer ciertos intercambios.
Proyecto que adelantaron los mandatarios sudamericanos al resaltar que se simplificarán algunos procesos y modernizarán las reglas, hecho en el que ya trabajan junto a bancos de la región.