Un joven palestino disparó un arma de fuego afuera de una sinagoga de Jerusalén Oriental el viernes y mató a siete personas, incluida una mujer de 70 años, además de herir a otras tres antes de que la policía lo matara a tiros, informaron funcionarios. Fue el ataque más mortífero contra israelíes en años y aumentó la probabilidad de más derramamiento de sangre.
El ataque, que se perpetró mientras feligreses celebraban el sabbat judío, se registró un día después de que tropas israelíes mataran a nueve palestinos en una redada en Cisjordania. El nuevo ataque desencadenó celebraciones públicas tanto en la ocupada Cisjordania como en la Franja de Gaza, en donde la gente disparó armas de fuego al aire, tocó el claxon y distribuyó dulces.
El estallido de violencia, que incluyó el lanzamiento de cohetes desde Gaza y bombardeos israelíes en represalia, representa un desafío para el nuevo gobierno israelí, dominado por ultranacionalistas que han propugnado por adoptar una línea dura contra la violencia palestina.
La policía israelí dijo que el ataque ocurrió en Neve Yaakov, en el este de Jerusalén. El jefe de policía de Jerusalén, Doron Turjeman, le dijo a la prensa que mataron al agresor después de que éste huyó a bordo un auto, fue interceptado y hubo intercambio de disparos.
Confirmó siete muertos, además del agresor, y dijo que se reportaron tres personas lesionadas. La policía identificó al agresor como un residente de Jerusalén Oriental de 21 años que aparentemente actuó por su cuenta.