El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, insistió a Occidente a redoblar la ayuda, pues aseveró que la clave está en mantener el suministro de todo tipo de armas al presionar a sus aliados a enviar aviones de combate, mientras el enemigo acusó a sus fuerzas de atacar hospitales en las regiones anexadas y los locales resisten en Járkov, Jerson y Zaporiyia.
Al advertir que el enemigo podría aprovechar que su capacidad aún es muy superior, el líder defensor instó a los gobiernos a ser más abiertos en torno a nuevos envíos, especialmente con equipo que aún no cuenta, con la ventaja de que algunos de sus aliados aceptaron darle tanques como Alemania, Estados Unidos, Polonia, Canadá, entre otros, pese a dudas iniciales.
“Rusia espera prolongar la guerra y agotar nuestras fuerzas”, enfatizó el mandatario durante un mensaje nocturno en el que recalcó que cada impulso de Occidente es un paso para restringir “la amenaza terrorista rusa”, pues denunció que al tiempo que él refuerza a sus tropas el ejército invasor mató a tres ciudadanos con artillería en Jerson y provocó al menos seis heridos tras nuevos ataques en otras ciudades en las que busca vulnerar a las fuerzas que siguen en resistencia como desde el pasado 24 de enero.
Agregó que mientras circule la ayuda, traducida en tanques, capacitación y municiones, sigue la presión contra el régimen de Vladimir Putin, pero si se pierde esta dinámica se pondría en riesgo la seguridad de su país y global, por ello, Zelenski recalcó la necesidad de arriesgar y equipar a sus combatientes con aviones especiales para ganar tiempo, pues ésta ha sido una de sus armas principales, muestra de ello es que, pese a los objetivos militares, suman 340 días en resistencia, periodo en el que Moscú ha cometido más de 60 mil crímenes de guerra, según fiscales de la nación.
Zelenski también apuntó que, aunque los bombardeos recientes fueron dirigidos contra ciudades importantes, los puntos más vulnerables al momento son Bajmut y Vuhledar, en Donetsk, al acusar a los ocupantes de tratar de romper su defensa y redoblar la embestida con ataques constantes con lo que “intentan no dejar ningún muro intacto”, pues cada lanzamiento va dirigido contra un blanco específico al indicar que aunque el
Kremlin afirma que ese territorio les pertenece no le importa atacar a los suyos ante una “alta intensidad de ataques”.
No obstante, los rusos señalaron que son los ucranianos los que lanzaron ofensivas contra la región anexada desde octubre pasado al supuestamente bombardear hospitales, pues recalcó que son los ucranianos los que buscan acabar con su propia gente, al reiterar como antes de desatar la invasión la acusación de que el gobierno de Kiev es neonazi.
Al respecto, el ministro de Defensa, Oleksi Reznikov, admitió que hay gran confianza en recibir respaldo aéreo al afirmar que “todo lo que es imposible hoy será posible mañana” en una entrevista con Estados Unidos.
El líder militar explicó que en las próximas dos semanas mantendrán negociaciones importantes en las que aspiran a cambiar las reglas del juego, pues demostrarán a los aliados por qué necesitan ese armamento, en la antesala de que se cumpla un año de la guerra. Incluso, en referencia a los escándalos de corrupción y mal manejo de recursos donados, enfatizó que definirán cómo se usará dicho equipo.
Sin embargo, pese a los ánimos, Alemania cerró las puertas a una posible entrega de aeronaves de combate. El canciller Olaf Scholz dijo que, de momento, esa negociación no está en la mesa, al advertir un riesgo de escalada del conflicto que la semana pasado cumplió 11 meses.
En entrevista con el diario Tagesspiegel puntualizó que no aconsejaría una “guerra de ofertas”, en referencia al reciente apoyo, pues después de un análisis prolongado su gobierno confirmó que dotará a Kiev de tanques Leopard 2, mientras Estados Unidos hará lo propio con vehículos pesado Abrams M1.