La presión ucraniana no ha rendido nuevos frutos, por el contrario sumó otro revés cuando un tercer aliado rechazó suministrarle aviones de combate; sin embargo, resalta que en cuestión de semanas contará con 140 tanques modernos y se alista para recibir nuevos paquetes de ayuda.
A 342 días de la guerra, las fuerzas defensoras no desisten de su plan de armarse por completo al demandar a Occidente reevaluar su postura y enviar nuevo equipo como cazas F-16; y aunque resaltó que Polonia y Francia ya sopesan esta estrategia Gran Bretaña dijo que no prevé ningún traspaso de aeronaves.
La administración de Rishi Sunak explicó que no ve viable este apoyo y no por una posible escalada, sino al considerar que enviar equipo similar, pues cuenta con F-35, obliga a una nueva capacitación del persona, acto que estima más complicado en comparación con las instrucciones para que los soldados de Volodimir Zelenski operen los tanques Challenger prometidos.
Fue la oficina de Downing Street, de acuerdo con el diario The Guardian, la que descartó elevar la ayuda a Kiev al insistir que, ante la sofisticación del equipo, llevaría meses aprender a volarlos, más del tiempo que se estima que lleguen los vehículos de combate, pues gobiernos de Occidente adelantaron que entre febrero y marzo podría comenzar a usarlos.
Al respecto, el canciller ucraniano, Dmitro Kuleba, indicó que el Ministerio de Defensa espera hasta 140 carros Leopard, Abrams, Challenger y Leclerc tan sólo en la primera ronda de suministros gracias a la alianza de 12 naciones, con lo que adelantó que habría más apoyo, sin revelar un cronograma, o al menos empuja esa esperanza, pues insistió a nombre de Zelenski que a pocos días de que se cumpla un año de la invasión las armas son la principal herramienta que tienen para derrotar al ejército terrorista que bombardea por igual supuestos arsenales que zonas civiles.
Y agregó que la enorme coalición que los mantiene dando batalla podría incrementarse, pues se requiere de más aliados y “decisiones formales” para responder al Kremlin en medio de las dudas de Occidente de seguir armando a Kiev, para evitar una escalada al restringir el uso de ciertas armas contra territorio ruso, al señalar que el apoyo es únicamente para su defensa. Mientras que Washington prevé un nuevo empuje económico por unos dos mil millones de dólares, que podría esta acompañado de municiones de precisión y armas antitanque.
Incluso, algunos de los aliados no descartan promover nuevas negociaciones entre Moscú y Kiev, como el caso de Noruega. Pese a que las naciones en disputa cerraron la puerta al diálogo por la negativa del rival a aceptar sus condiciones, el gobierno nórdico dijo que impulsará acciones para garantizar la estabilidad regional, sin adelantar un plan.
En tanto, las fuerzas de Zelenski siguen repeliendo ataques en Donbás, donde el enemigo aseguró que tomó control de Vuhledar, una de las regiones más cercas a Bajmut —que también ya cayó—, donde el escenario es crítico desde hace semanas y en las últimas horas se reportó la muerte de dos civiles entre ellos un niño.
Pero los combatientes ucranianos advirtieron que darán la vuelta al escenario, pues aunque el Kremlin amagó con reforzar a sus bases, se identificó que en realidad están desprotegidos al perder un gran número de tropas, lo que les da una ventaja a los locales. Al respecto, organizaciones internacionales revelaron que los mercenarios del Grupo Wagner sufrieron graves bajas tan sólo en la última semana y en contraste Zelenski apuntó que se prepara en temas legales y jurídicos para reforzar la lucha.
