Pese a la crisis política que vive el país, que ya se ha traducido en escasez de alimentos, combustible y gas doméstico en algunas regiones, la comisión legislativa de Constitución del Congreso de Perú archivó ayer la propuesta presentada por la presidenta Dina Boluarte para adelantar las elecciones presidenciales y de los miembros del Parlamento, y así cambiar autoridades a fines de 2023.
El miércoles el gobierno presentó su proyecto en el que sugiere que los comicios sean en octubre, que los nuevos parlamentarios elegidos asuman el 29 de diciembre y que el nuevo mandatario dos días después. Esas nuevas autoridades gobernarían hasta fines de julio de 2026. Ello, con el fin de apaciguar las protestas, que suman 58 muertos.
Sin embargo, la propuesta sólo obtuvo 11 votos a favor, de los 14 necesarios para discutir la propuesta, por lo que la decisión de la comisión implica que, según las normas del Congreso, una nueva iniciativa para adelantar elecciones no será discutida hasta la próxima legislatura que empieza en julio.
En ese contexto, la crisis en Cusco ha obligado a miles de personas a recurrir a la cocina a leña y carbón para preparar sus alimentos, mientras que miles de transportistas viven un verdadero vía crucis al no poder llenar sus unidades para trasladar a turistas debido a un paro regional indefinido.
El abastecimiento tras la liberación de carreteras el miércoles, permitió a decenas de transportes de productos de primera necesidad, combustible y gas llegar hasta Cusco, pero esto no es suficiente, ya que en toda la región la escasez ha llevado a puntos máximos y a la desesperación de miles de personas a adquirir cocinas a carbón y leña.
En tanto, empresarios bolivianos reportaron el viernes la pérdida de más de 240 millones de dólares debido a que camiones con carga no pueden pasar la frontera de Bolivia y Perú hace casi un mes por los cortes de ruta al sur de la nación vecina que enfrenta prolongadas protestas antigubernamentales.