El régimen de Xi Jinping acusó a Estados Unidos de avivar sus diferencias tras el derribo de un presunto globo espía por lo que advirtió que alista medidas similares en torno al incidente que también agitó a nivel interno con reclamos por la vigilancia ilegal que comenzó desde la era de Donald Trump y por la acción tardía del presidente Joe Biden.
El Ministerio de Defensa asiático tachó de “reacción exagerada” la decisión de la Fuerza Aérea del pasado 4 de febrero, cuando un F-22 raptor disparó un misil AIM-9X contra el dirigible, con apoyo de cazas F-15 y aviones cisterna, pues aseveró que no representaba una amenaza. Y el vocero del ejército y comandante, Tan Kefei, elevó el reclamo al socio, pues a su parecer se trató de un ataque directo.
Autoridades de Beijing aclararon, según un comunicado de Exteriores, que desde que se reportó el sobrevuelo de este objeto ofrecieron colaboración al gobierno de Biden, en medio de especulaciones para obtener datos de inteligencia de puntos estratégicos, como instalaciones militares, al sobrevolar el país de oeste a este, y esperaban un respuesta “tranquila y moderada”, que no ocurrió.
EU minimizó los dichos del régimen de que el artefacto se desvió en una investigación meteorológica y que tenía una limitada capacidad para cambiar de dirección. Y, finalmente, Washington recurrió a fuerza militar para bajarlo tras una semana de labores de inteligencia a más de 18 mil metros de altura en el Océano Atlántico, lo que en Asia ven como un acto para mostrar superioridad.
China descalificó el nivel de respuesta al precisar que esperaba otra reacción, pues el Pentágono dijo días antes que el globo no representaba ningún riesgo, pero el secretario de Defensa, Lloyd Austin, justificó la respuesta ante la nación a la que Biden calificó de la mayor amenaza a nivel mundial, al detallar que con este objeto recopilaban información e inteligencia“sensible”, aunque no dio detalles de las instalaciones militares comprometidas durante el sobrevuelo.
Por ello, Beijing reiteró que responderá ante una presunta violación internacional, lo que representa que si descubre aeronaves de EU invadiendo accidentalmente su espacio aéreo recurrirá a medidas militares. Hecho que respaldaron medios afines a Jinping, pues consideraron que Washington aprovechó este error para volverlo una disputa política y agravar la tensión cuando uno de sus líderes —el secretario de Estado, Antony Blinken— alistaba un viaje a esa potencia, aunque la región no lo oficializó.
Posteriormente, esta división estalló a nivel interno ante la presunción de que la vigilancia deliberada comenzó desde la administración pasada, cuando se detectaron al menos tres casos similares, pues el Pentágono confirmó informes de avistamientos en Florida, Texas y Hawái.
Fuentes republicanas admitieron antecedentes de esa vigilancia, en los que presuntamente hubo contacto directo con China, pero al igual que este fin de semana dieron justificaciones poco creíbles, según medios de EU y en respuesta integrantes del partido dijeron que eso ya se sabía, minimizando este nuevo globo, y voltear la mira sobre el presidente demócrata al sostener que tardó casi una semana en derribar el globo, mientras éste recopilaba datos importantes.
Ante estas afirmaciones, Trump desmintió la versión que calificó de “desinformación”, cuando se enfoca en su campaña por la candidatura republicana. A través de su plataforma Truth Social dijo que ese régimen sí lo respeta, una crítica contra Biden, al sostener que por ello jamás habría ocurrido tal desafío chino.
Incluso funcionarios y aliados salieron al paso al refutar esos supuestos avistamientos en varias entrevistas con Fox News, la cadena favorita del magnate. Y quien fuera el director de Inteligencia Nacional en esa gestión, John Ratcliffe, sostuvo que tal era el odio de los medios por Trump que esa noticia se habría difundido rápidamente.
Pero otros contradijeron al expresidente, pues Marco Rubio admitió que los avistamientos no son nuevos, pero aclaró que el agravante es que ahora sobrevoló instalaciones militares y algunos más de su partido presionan al presidente para responder por el derribo tardío en torno a la “amenaza”, mientras que los demócratas esperan un informe oficial para analizar y responder a la situación.
DETECTAN OTRO EN COLOMBIA. La Fuerza Aérea del gobierno de Gustavo Petro reportó la presencia de un presunto globo lo que activó medidas de seguridad ante una posible vigilancia irregular, pero sin aludir a un gobierno pues se desconocía el origen del artefacto.
Se detalló que el supuesto dirigible estuvo al menos dos días en su espacio aéreo, lo que no representó una amenaza, pues abandonó la zona durante las labores de seguimiento, según un comunicado difundido desde el día en que EU derribó un objeto similar, pero que se difundió hasta ayer.
Sin embargo, aumentan las dudas sobre vigilancia irregular al coincidir con el supuesto espionaje en otro país del continente. No obstante, el ejército aclaró que siguen las averiguaciones para determinar desde donde salió el globo, mismo que fue visto por la población, luego de que Costa Rica alertara en la materia.