Las fuerzas rusas siguieron atacando ciudades ucranianas durante el fin de semana, en medio de una ofensiva para tomar más terreno en el este del país, y funcionarios ucranianos afirman que Moscú está teniendo problemas para lanzar su esperada embestida a gran escala en la región.
Una persona murió y otra resultó herida el domingo por la mañana en los ataques de artillería sobre Nikopol, una ciudad en la región suroriental de Dnipropetrovsk, según el gobernador regional Serhii Lysak. Los proyectiles dañaron cuatro edificios residenciales, una escuela de formación profesional y una planta de tratamiento de aguas.
En Jarkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania, una persona resultó herida después de que tres misiles rusos S-300 golpearan instalaciones de infraestructura durante la noche, señaló el gobernador regional, Oleh Syniehubov. El ejército ruso dijo que los misiles cayeron en los talleres de armado de vehículos blindados de la planta de la empresa Malyshev en la ciudad.
Las fuerzas ucranianas también derribaron el sábado por la noche cinco drones —cuatro aeronaves de ataque Shahed y un modelo de reconocimiento Orlan-19— sobre las regiones parcialmente ocupadas de Zaporiyia y Donetsk, según el ejército ucraniano.
En total, las fuerzas rusas llevaron a cabo 12 ataques con misiles y 32 bombardeos en Ucrania en las últimas 24 horas, así como más de 90 rondas de cañoneos con lanzacohetes múltiples, informó el Estado Mayor de Ucrania en su reporte diario.
Las fuerzas rusas están tratando de tomar más terreno en la región oriental industrial del Donbás, formada por las provincias de Donetsk y Luhansk. Las fuerzas ucranianas y occidentales han advertido de que Rusia podría lanzar una nueva gran ofensiva allí para tratar de cambiar el rumbo del conflicto conforme la guerra se acerca a su primer aniversario.
Moscú tiene problemas para montar ofensiva: funcionarios ucranianos
“Están teniendo grandes problemas con una gran ofensiva”, afirmó el sábado por la noche Oleksiy Danilov, secretario del Consejo Nacional Ucraniano de Seguridad y Defensa, a la televisora ucraniana.
“Han comenzado su ofensiva, simplemente no dicen que lo hayan hecho, y nuestras tropas las están repeliendo con mucha fuerza. La ofensiva que planearon ya está en marcha de forma gradual. Pero no (es) la ofensiva con la que contaban”, aseveró Danilov.
El Instituto para el Estudio de la Guerra, un centro de estudios con sede en Estados Unidos, señaló que también los blogueros militares partidarios del Kremlin cuestionan la capacidad de lanzar una gran ofensiva en Ucrania. “Siguen pareciendo desmoralizados por la posibilidad de que el Kremlin lance una gran ofensiva”, indicó el instituto en su último reporte.
Yevgeny Prigozhin, propietario del contratista militar ruso Grupo Wagner —que participa activamente en los combates en Ucrania_, dijo esta semana que la guerra podría enquistarse durante años.
En una entrevista en video publicada el viernes por la noche, Prigozhin dijo que podría tomar entre 18 meses y dos años asegurar el control del Donbás. Añadió que la guerra podría prolongarse hasta tres años si Moscú decide capturar más territorio al este del río Dniéper.
Las declaraciones de Prigozhin, un millonario cercano al presidente de Rusia, Vladímir Putin, y apodado “el chef de Putin” por sus rentables contratos con el Kremlin, reconocen las dificultades que ha encontrado el Kremlin en la campaña, que en principio esperaba resolver en cuestión de semanas cuando las tropas rusas invadieron Ucrania el 24 de febrero.
Rusia sufrió una serie de humillantes reveses en otoño cuando el ejército ucraniano lanzó contraofensivas exitosas para recuperar terreno en el este y el sur.
Prigozhin dijo el domingo que los combatientes de Wagner han tomado el asentamiento de Krasna Hora, al norte de Bájmut, una estratégica ciudad en torno a la que se han centrado los combates en los últimos meses.
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Leo