Los gobiernos de Israel y Palestina acordaron una “desescalada” de la violencia, luego de nuevos crímenes y enfrentamientos en asentamientos en Cisjordania, principalmente contra población palestina.
Tras una agitada semana en la que el ejército de Benjamin Netanyahu asesinó a 11 palestinos y terroristas en Gaza respondieron con proyectiles, líderes de seguridad de ambas regiones se reunieron en Jordania —país mediador— para dialogar en torno a un alto a la crisis que sigue cobrando vidas por redadas y represalias.
Tras hallar coincidencias para reducir este clima violento, ambas regiones ratificaron su compromiso para evitar que estos actos violentos se sigan repitiendo y dar los primeros pasos hacia un acuerdo de “paz justa y duradera”, luego de años de conflicto.
No obstante, Israel dejó en claro que el intento de frenar la violencia no afecta sus operativos contra terroristas y presuntos cómplices. El Ministro de Seguridad, Itamar Ben Gvir, reiteró que esta lucha es una prioridad e impondrán penas de muerte contra quienes trabajen con organizaciones de este tipo y el régimen descartó cambios en torno a la ampliación de asentamientos en territorio rival, pese a los llamados de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Pero la tensión sigue a tope en la región, pues, pese a este acercamiento, ayer se registró un nuevo ataque; casi a la par del encuentro un palestino abrió fuego contra israelíes en Cisjordania, lo que dejó dos israelíes muertos.