Miles de ciudadanos se sumaron a trabajadores y sindicatos ferrocarrileros contra el gobierno de Grecia al que tachan de asesino por la trágica colisión de trenes en la que fallecieron más de 50 personas, en su mayoría de entre 20 y 25 años, lo que provocó severos enfrentamientos en Atenas.
A casi una semana de uno de los peores accidentes en el país, quienes responsabilizan al gobierno por éste marcharon en la capital del país hacia el Parlamento para exigir que todos los involucrados en estos hechos sean sancionados, pues sostienen que el accidente fue producto de una grave corrupción y la falta de atención y seguridad en el sector.
Con pancartas en las que culpaban al gobierno de “asesino” y poner en riesgo a los pasajeros, unos 10 mil disidentes se dieron cita en la capital en reclamo por la falta de seguridad en el transporte público y un sector lanzó bombas molotov y prendió fuego a estaciones de transporte público en calles de la capital, de acuerdo con medios locales.
Ante los disturbios, la Policía respondió con gases lacrimógeno y hasta granadas aturdidoras para dispersar a quienes avanzaban hacia las inmediaciones de la sede legislativa, pero en vez de detener a éstos causaron más ira entre los manifestantes quienes aumentaron los actos vandálicos y se enfrentaron a las autoridades.
Y es que estos repudian la indiferencia del gobierno, pese a que éste es el mayor responsable del choque de trenes por dejar en el olvido al sector, pues no se invierte en este, al contrario, se reducen cada vez más los recursos para garantizar un servicio público.
Lo anterior se traduce en peligros para la población, como el de la semana pasada cuando decenas de personas fallecieron calcinadas tras el impacto de frente de dos trenes, porque a uno de éstos se le ordenó circular por la vía contraria, pese a que en ésta iba otra unidad, hecho por el que oficialmente sólo se han fincado cargos contra el jefe de estación de Larissa.
En medio de los reclamos, el primer ministro griego, Kiriacos Mitsotakis, ofreció una disculpa a la población, especialmente a los deudos de las víctimas.
“Como primer ministro les debo a todos, pero sobre todo a los familiares de las víctimas un gran perdón”, externó al admitir que un incidente así nunca debió ocurrir, pues recalcó que este hecho no se olvidará y su gobierno no se esconderá “detrás de un error humano”.
Asimismo, adelantó que ya busca la colaboración de otros gobiernos para investigar a fondo y determinar las responsabilidades en el hecho por el que aún faltan víctimas mortales por identificar.
cehr