La voluntaria de defensa civil siria Salam Mahmoud solo pensó en una cosa cuando vio los edificios derrumbados tras el devastador terremoto que asoló Siria y Turquía.
"Todo en lo que podía pensar era en cómo puedo sacar a los niños. Si hay alguien vivo, ¿cómo puedo alcanzarlo?", dijo el joven de 24 años.
Mahmoud es una de las alrededor de 300 mujeres en la Defensa Civil de Siria, también llamada Cascos Blancos, un servicio de rescate de más de 3.000 personas que opera en el noroeste de Siria controlado por los insurgentes.
Ella mencionó que algunas personas en el pueblo de Millis, donde se desplegó el día del desastre, se opusieron al principio a ver a las mujeres participando en los esfuerzos de rescate.
"Cuando llegamos al sitio por primera vez... nos criticaron mucho y nos dijeron que no deberíamos haber bajado", dijo, describiendo los puntos de vista socialmente conservadores en el área sobre el papel de la mujer.
"Pero todo eso cambió rápidamente de [comentarios] negativos a positivos. Salvamos a tantas personas como pudimos, cumplimos con las expectativas de las personas y respondimos a las mujeres y los niños que estaban bajo los escombros", dijo.
Al llegar a casa esa noche, Mahmoud dijo que no podía dormir. "Toda la noche estuve pensando: ¿podría haber todavía niños llamándonos, podría haber todavía mujeres gritando?".
El terremoto ha matado a más de 4.500 personas en el noroeste de Siria, según informes locales citados por la Oficina de Coordinación de Asistencia Humanitaria de la ONU. Mató a más de 45.000 en la vecina Turquía.
La Defensa Civil saltó a la fama al sacar a la gente de debajo de los escombros de los edificios destruidos por los ataques aéreos y los bombardeos durante el conflicto que estalló en Siria en 2011.
Mahmoud se ha ofrecido como voluntario en la Defensa Civil durante cinco años. Su función incluye brindar atención médica primaria a las mujeres en la región occidental de Idlib.
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