A la espera de una resolución por presunto soborno contra el expresidente Donald Trump, el juez federal James Boasberg tiene la mira sobre éste por el asalto al Capitolio y ordenó el testimonio de su vicepresidente, Mike Pence, al rechazar los alegatos de un supuesto privilegio.
Fuentes ligadas al caso dijeron que se determinó que cómo número dos de la gestión del señalado de incitar a dar ese golpe contra el Congreso tras su derrota electoral es clave que rinda declaración ante un jurado investigador para conocer de primera mano la conducta de quien busca regresar a la Casa Blanca.
Pese a los alegatos del también republicano, el fiscal especial, Jack Smith, no quita el dedo del renglón y con esta acción le envió otro citatorio a Pence al insistir que, a más de dos años del mayor ataque antidemocrático en el país, es necesario conocer el estado de ánimo del entonces presidente.
Y es que las investigaciones se han centrado en su comportamiento violento en redes sociales y ante medios, a través de los que envió mensajes o casi órdenes a sus simpatizantes quienes en cuestión de minutos se transformaron en una turba que irrumpió en el recinto para defender la supuesta reelección del de Florida, pese a que ahí estaba Pence, a quien Trump acusó de no respaldarlo en sus reclamos de supuesto fraude del que ni él ni sus aliados presentaron pruebas. En tanto, el Poder Judicial sigue emitiendo sentencias y fallos contra los participantes de ese asalto, entre ellos integrantes de grupos extremistas.
Tras confirmarse la decisión del juez, Pence aseveró en entrevista con Newsmax que como exfuncionario está limitado a dar detalles de ello, pero afirmó que será hasta después cuando fije su posición en la materia.
Pues éste y su equipo alegan que ese día fungía como presidente del Senado, lo que le imposibilita declarar al apegarse a la Constitución como lo ha hecho desde hace meses, pues ésta protege a los miembros del Poder Legislativo de hablar sobre actos oficiales. Ante esta situación, se anticipa una nueva apelación para evitar este testimonio.
Y es que durante los meses que lleva esta investigación la defensa de Trump ha hecho de todo para bloquear tal testimonio, lo que pone en evidencia el riesgo de que Pence hable bajo juramento, pues podría revelar información que no ha sido expuesta ni siquiera en las audiencias que realizó un Comité legislativo, el cual concluyó que había evidencia para imputar al magnate por su incitación en estos actos violentos.
Además, destaca que este hecho se da a unos meses de que Trump lanzara oficialmente su campaña presidencial para 2024 y que un exvicepresidente hable en contra de su exlíder, y adquiere mayor relevancia ante la competencia de éstos por la candidatura republicana para 2024, pues medios de EU afirman que Pence aún no desiste de la contienda en la que ya están instalados Trump y el gobernador de Florida, Ron DeSantis.
