Audrey Hale, quien mató a seis personas en su antigua escuela de Nashville, contaba con un arsenal de siete armas, pese a problemas emocionales, lo que pone el foco en evitar que personas con trastornos mentales o antecedentes tengan acceso a éstas, como recalcó el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Aún sin determinar el móvil de la agresión, pues se habla de crimen de odio o religioso por ser un colegio cristiano, el jefe de la Policía local, John Drake, afirmó que la mujer transgénero abatida en The Covenant School seguía un tratamiento médico, según los padres, quienes no revelaron diagnóstico emocional.
En conferencia apuntó que tras la tragedia interrogaron a los padres de Hale, quienes desconocían que la joven de 28 años tuviera armas y creían que la única que tuvo la vendió. Declararon que cuando salió de casa el pasado 27 de marzo llevaba una bolsa grande roja, en la que oficiales hallaron rifles y pistolas, pues parte de su arsenal fue decomisado en el vehículo Honda en el que llegó al plantel y otro en su domicilio, según el informe.
Al respecto, Drake indicó que en un rastreo de más de 24 horas detectaron que la atacante distribuyó sus compras en cinco armerías de manera legal, hecho ante el que externó su queja por el evidente riesgo de alguien con trastornos, pues enfatizó que si la Policía hubiera tenido conocimiento de su condición o tendencias suicidas habrían intervenido, en referencia al posible decomiso.
Mientras que el presidente insistió en tomar acción sobre la prohibición de armas de asalto y aplicación de normas de “bandera roja”, al admitir que si éstas existieran los tres niños de nueve años fallecidos aún estarían entre nosotros.
Y con la investigación en curso, el mando policial recalcó que todo apunta a que Hale escondió sus planes de sus padres, pues ambos dijeron desconocer la posesión de rifles y la existencia del manifiesto, que ya revisan autoridades.
Por separado, fuentes allegadas a quien se hacía llamar Aiden en redes sociales detallaron al diario The Daily Mail que el rechazo de su familia a su transición o preferencia sexual pudo ser un factor en el ataque, lo que coincidiría con la pista inicial de un “resentimiento”, hecho ante el que se precisó que la balacera fue al azar, pues no apuntó a personas en específico, aunque no abundaron en qué sitios hallaron los cuerpos de los niños y los tres adultos. Por separado, el vocero policial, Don Aaron, declaró que el ataque sí iba dirigido a esa institución.
Drake añadió que la mujer abatida iba preparada posiblemente para atacar otros blancos, pues en su escrito mencionaba un centro comercial cerca de la zona y hasta objetivos familiares, hecho ligado al resentimiento a sus padres por obligarla a ir a una escuela cristiana, aunque no se sabe si sufrió algún incidente en ésta ni cuántos grados estudió ahí. En el documento hallado en su auto también dio detalles de cómo atacar y hasta su vestimenta, evidenciada por las cámaras de seguridad del plantel, pues lucía pantalón militar, chaleco antibalas y gorra roja, además en sus mapas estaban marcadas las zonas de acceso, presuntamente para entrar y vigilar cuando ante el arribo de la Policía.
Pero también surgieron pistas de la premeditación, pues medios hicieron pública una conversación con su amiga Averianna Patton, a quien le adelantó que estaba lista para morir y que “algo malo está por suceder”, media hora antes del ataque, según la hora de la plática.
En el breve intercambio por Instagram, su excompañera de baloncesto intentó hacerle ver a Audrey que aún tenía mucho por vivir, pero ella recalcó que no se trataba de una broma.
Le explicó que le avisó porque la consideraba la persona “más hermosa” que conoció, mientras el público espera conocer detalles de su presunto manifiesto, mismo que grupos LGBT pidieron no divulgar porque podría convertirse en un arma para atacar a esa comunidad.
En tanto, la Policía de Nashville difundió un segundo video para mostrar la rápida intervención para neutralizar a la tiradora y evitar una tragedia mayor.
Gracias a las cámaras corporales de los agentes Rex Engelbert y Michael Collazo, quienes la abatieron, se puede ver el momento en que los equipos llegan a la escena, ahí una empleada les informa que hay dos menores sin localizar, mientras aún se escucha una alarma de incendios. En cuestión de segundos ingresan por accesos diferentes al que usó Hale, revisan aulas, oficinas y hasta baños en busca de la agresora hasta que oyen disparos.
Después se trasladan al segundo piso, pues desde ahí la sospechosa baleó sus patrullas, intentan obligarla a dejar el arma, pues se oye a un oficial, pero como responde con fuego le disparan de nuevo; ya en el suelo aún sostiene sus armas ante lo que uno de los uniformados le grita repetidamente “suelta el arma”, pero ella desiste y le vuelven a disparar.
Tras los hechos AP reportó que ese mismo día Tennessee, de mayoría republicana, aprobó un acuerdo para permitir que jóvenes de entre 18 y 20 años porten armas en público.