A casi 400 días de la guerra en Ucrania el presidente, Volodimir Zelenski, se dijo listo para dialogar con China, pese a la neutralidad de esa potencia en el conflicto en el que hasta ofreció negociar para recuperar la paz.
Aunque Beijing aseveró que mantiene contacto con ambas naciones, el líder defensor evidenció al régimen de Xi Jinping, pues a la espera del contacto prefirió tomar la iniciativa al aprovechar la entrevista con The Associated Press para invitar a su homólogo oriental a visitar el territorio invadido y ser testigo de la otra cara de la moneda, ante los amagos de Moscú de trasladar armas tácticas a Bielorrusia.
Zelenski busca confirmar el acercamiento prometido con el aliado de Vladimir Putin para evaluar de manera bilateral el plan de 12 pasos que Beijing ya presentó ante Rusia. Y a una semana del encuentro del ruso con Jinping, el defensor se dijo preparado al enfatizar que su última conversación con el asiático fue antes de la guerra, contrario a lo que éste informó, pues países europeos insisten en dudar que China acabe con una guerra en la que Occidente no ha logrado mediar en 13 meses.
Con estas declaraciones Zelenski elevó la presión a Beijing mientras uno de sus aliados, el presidente de España, Pedro Sánchez, viaja a esa región con miras a abogar por la reunión que prometió Beijing con Zelenski, sin fijar una posición clara en torno a la invasión.
En tanto, los combates siguen escalando, pues Kiev admitió por primera vez que podría perder Bajmut. Pese a alardear de contundentes golpes al invasores y sus mercenarios en los últimos meses en ese punto clave, no ha logrado debilitar por completo a las fuerzas rusas, y éstas se siguen fortaleciendo y ya movilizan armas nucleares dentro de Rusia, lo que hace temer una escalada o ataques masivos contra civiles.
Ante esta situación mandos militares advirtieron que, aunque están preparando nuevas contraofensivas, no hay seguridad de retener la zona en la que ven un “éxito parcial” de los enemigos, por lo que la Fuerza Aérea reajusta sus avances, de acuerdo con un informe del Estado Mayor, pero descartaron el retiro de ésta y otras zonas críticas como Járkov, Sumi y Chernigov, o en territorios que se anexó Rusia como el Donbás.
Por separado, líderes advirtieron que la intensificación de ataques pone en riesgo no sólo a la población sino a toda la región, pues cada día se calienta más la batalla en las inmediaciones de la planta de Zaporiyia por severas ofensivas y choques entre defensores e invasores, de acuerdo con personal de la Agencia Internacional de Energía Atómica.
Al respecto, Zelenski pugnó por mantener la unidad entre sus aliados, pues ésta es la única vía para dar una victoria a la democracia y acabar con el conflicto este mismo año, horas después de que el Kremlin reconociera que el golpe económico por múltiples sanciones podría estar generando efecto en la región invasora, ante un nuevo paquete de restricciones hacia empresas y oligarcas cómplices. Por ello, la Fuerza Aérea defensora solicitó nuevamente a los aliados la entrega de aviones de combate modernos a unos días de que al menos dos naciones garantizaran equipo similar.