Entre risas y con buen ánimo, el papa Francisco dejó el hospital Gemelli, en Roma, luego de ser ingresado el pasado miércoles a causa de una bronquitis infecciosa y por la que se preocuparan millones de fieles alrededor del mundo.
El papa quiso saludar a quienes se encontraban haciendo guardia a las afueras del hospital, así como a los periodistas que informaron al mundo sobre su salud en estos días y bajó del auto en el que sería trasladado al Vaticano, en donde ofrecerá este fin de semana la tradicional misa del Domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro.
'Todavía sigo vivo'
Cuando los periodistas que se encontraban en el hospital Gemelli le preguntaron cómo se sentía a su salida para dirigirse al Vaticano, el papa Francisco bromeó y respondió: "Todavía estoy vivo, ¿sabes? Un anciano, mayor que yo, me dijo después de una situación como ésta: 'Padre, yo no vi la muerte, pero la vi venir. ¡Es feo, eh!".
El papa Francisco dio un susto al mundo cuando fue trasladado el miércoles pasado al hospital Gemelli para tratar una bronquitis infecciosa por la que se vieron obligados a suministrarle antibióticos.
La bronquitis y sus síntomas
El papa Francisco ya había padecido problemas en las vías respiratorias, toda vez que de joven le extirparon un pulmón luego de haber padecido una neumonía grave, por lo que este tipo de afecciones suelen complicarse un poco más.
La bronquitis es cuando se inflaman los conductos bronquiales y las vías respiratorias llevan oxígeno a los pulmones provocando una tos que de manera recurrente presenta mucosidad. Causa dificultad para respirar, jadeo y presión en el pecho. La mayoría de los casos de bronquitis, refiere la Organización Mundial de la Salud, mejora en unos días, pero la tos puede durar varias semanas después de haberse curado la infección.
El día de mañana, el papa Francisco ofrecerá la misa del Domingo de Ramos desde la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, de acuerdo a los informes oficiales.