Residentes siguen atrapados y sin comida

Combatientes frustran nueva tregua en Sudán

Grupos en disputa se culpan por reciente fracaso al señalar que el rival atacó primero; rebeldes provocan incendio en almacén de combustibles; víctimas buscan llegar a la frontera

El humo se esparce por zonas residenciales en Jartum, ayer, tras nuevos choques.
El humo se esparce por zonas residenciales en Jartum, ayer, tras nuevos choques. Foto: Reuters

Nuevamente los choques entre las Fuerzas Armadas de Sudán y los grupos paramilitares evitaron la salida de cientos de heridos y víctimas, mientras residentes buscan cualquier forma de escapar del territorio en llamas.

Pese a que se estableció que ahora sí se abriría un corredor humanitario a partir de las 18:00 horas y hasta la siguiente noche, como se intentó un día antes, las facciones no respetaron el plan de evacuación y de inmediato lanzaron ataques al romper la medida prevista.

Fuerzas del gobierno denunciaron que el enemigo atacó a tiros el Comando General, cuarteles, el Palacio Presidencial, el Aeropuerto Internacional de Jartum y hasta instalaciones de una televisora estatal, según medios árabes.

A los disidentes no les bastó con calcinar casi una decena de aeronaves en la capital y unas horas después arreciaron los embates al incendiar los almacenes de combustible que ardieron por horas y causaron una enorme columna de humo que alertó a pobladores que siguen refugiados en sus casas y con miedo.

Dichos sectores esperan cualquier oportunidad, pues los recientes cruces los dejaron sin opciones, pues temen que en su intento por escapar o buscar alimentos o insumos básicos para sus familias queden atrapados en el fuego cruzado como ya ocurrió con unas 300 personas, pues en las últimas 24 horas fallecieron más de 30 civiles, según el último balance de la Organización de las Naciones Unidas (ONU); no obstante, algunos con sólo unas pertenencias desafían la violencia para intentar llegar a la frontera, incluso cargando a sus hijos.

En Jartum varios ciudadanos relataron que minutos después de que entrara en vigor este nuevo pacto pacífico se escucharon otra vez disparos aislados y explosiones y a lo lejos distinguían a hombres fuertemente armados sin saber a qué facción pertenecían.

En tanto, paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido que disputan el poder de la nación africana al exigir una transición democrática acusaron que el primero en romper el pacto fue el ejército.

Incluso se dijeron víctimas de la situación, pues mientras se preparaban para el cese el fuego por hasta 24 horas, las Fuerzas Armadas incumplieron el tercer intento de tregua en una semana y les dispararon con armas pesadas, sin que reportaran un saldo de bajas.

Con estos nuevos cruces dejan en claro que no piensan ceder ante el rival, al insistir que son los contrarios los culpables del rompimiento del intento de calmar la crisis, como promovieron organismos internacionales y gobiernos como Estados Unidos, tras los asaltos contra sus representantes en ese territorio.

Y tras el fracaso, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, demandó a regiones vecinas y líderes de la zona abrir el diálogo para negociar con los dos grupos en disputa y poner un alto a la situación que pone en riesgo a miles de ciudadanos, entre ellos extranjeros que no han logrado salir, pues solicitó intervención para coordinar las próximas evacuaciones.

Incluso, autoridades sanitarias alertaron que el sistema de Salud podría colapsar ante la gran cantidad de víctimas y los bajos suministros, incluyendo sangre, de acuerdo con información del vocero de la ONU, Stéphane Dujarric.