El gobierno francés denunció que en las movilizaciones contra la reforma de pensiones y el Día del Trabajo “se cruzó un nuevo nivel de violencia”.
La primera ministra, Elisabeth Borne, escaló sus críticas contra los disidentes del presidente Emmanuel Macron al recriminar que cada día los disturbios son peores, pues en la última jornada hubo 406 uniformados heridos, casi el cuádruple de las cifras reportadas un día antes, hecho por el que el Ministerio del Interior ya abrió una investigación por tentativa de homicidio tras las quemaduras que sufrió un agente, como solicitaron líderes de extrema derecha.
Ante actos sin precedentes, la funcionaria que tachó de “inaceptables” los ataques directos, como el lanzamiento de bombas molotov y artefactos incendiarios, llamó a todos los sectores del gobierno y líderes de las movilizaciones a condenar los disturbios, principalmente en París, Lyon y Nantes.
Incluso enfatizó que las escenas de un policía quemado severamente por una bomba molotov en la capital del país fue “insoportable”, por lo que desde el gobierno deben ser más enérgicos para limitar el vandalismo, luego de que el país culpó a presuntos extremistas de izquierda por esta violencia.
Hechos del que dieron cuenta agencias y canales de televisión al difundir escenas de cuando los gendarmes quedaron atrapados entre las llamas durante la conmemoración del Día del Trabajo.
Borne, quien vio en riesgo su puesto tras el aval a la reforma, apuntó que la mayoría de las protestas fueron pacíficas y hasta reconoció a los sindicatos y el compromiso de quienes, pese a enfrentar al gobierno, no recurrieron a actos violentos; no obstante, izquierdistas se mezclaron entre grupos neutros.
Asimismo, relató a medios de comunicación que se detectaron puntos críticos ante la presencia de rebeldes, que además de desestabilizar las marchas pusieron en riesgo a las fuerzas del orden que intentaron disuadir a los manifestantes con gases lacrimógeno y hasta tanques de agua, previstos para sofocar las llamas, pues recordó que un uniformado sigue hospitalizado debido a las heridas sufridas.
Por lo que advirtió que no tolerarán más violencia de este tipo, mientras sindicatos ya convocaron a otra jornada contra el plan que retrasa el retiro laboral dos años, siempre y cuando cumplan con las cotizaciones. Y tras un acumulado de 540 detenidos sentenció que vigilarán a los grupos extremistas que “tienen como objetivo atacar a las fuerzas del orden y creador desorden y caos”.
Sin embargo, las autoridades no adelantaron qué sanciones tomarán ante este crecimiento de las agresiones directas y violencia extrema o si alistan sanciones severas contra quienes fueron capturadas en la jornada del pasado 1 de mayo.
