Espera suministros en Bajmut

Grupo Wagner sigue como respaldo ruso

Fuerzas ucranianas buscan opciones para sacar ventaja de los roces entre invasores y mercenarios; ejército local advierte que el régimen de Moscú no romperá su línea de defensa

Una zona de almacenamiento luce fuertemente dañada, tras un bombardeo en Odesa, ayer. Foto: Reuters

La presión de los mercenarios del Grupo Wagner contra el ejército de Rusia surtió efecto, pues la organización se mantiene en Bajmut, pese al amago de retirarse si no recibían suministros.

En medio de los roces entre las fuerzas oficiales y la ayuda externa de asesinos a sueldo, el líder de esa agupación, Yev-geny Prigozhin, confirmó que sus filas resistirán en ese punto luego de que el

Kremlin prometiera enviar insumos, aunque reconoció que lo ofrecido no es suficiente a largo plazo, pero reiteró que buscarán ampliar el supuesto control que tienen en Donbás a más de medio año de la anexión ilegal.

“Por primera vez recibimos una orden en la que nos darán armas y municiones para continuar el combate”, externó el hombre cercano a Vladimir Putin, quien confió en el Kremlin respaldo por cómplices chechenos.

Comentó que este servirá para frenar las pérdidas de varias semanas, pero con la ventaja de actuar como les parezca, en medio de acusaciones contra el régimen por supuestamente retener a propósito insumos esenciales hacia el epicentro del conflicto, donde cuarteles del ocupante fueron vulnerados o reubicados ante los repliegues forzados por el avance de las tropas de Volodimir Zelenski.

Los invasores esperan recibir en cuestión de días las municiones para responder a la resistencia, de lo contrario se debilitará el plan para convertir oficialmente el Donbás en Federación Rusa, como parte de la estrategia para expulsar a ucranianos, a quienes están en contra de la anexión o rechazan los pasaportes de Moscú.

A la par los rusos refuerzan sus bases en el territorio vecino, pues temen nuevos ataques y se reportó que redoblaron la seguridad en Crimea, pues en las primeras horas de ayer Moscú detectó la intrusión de varios drones, mismos que fueron derribaros en mar y tierra, lo que recuerda al supuesto atentado de la semana pasada contra Putin con al menos dos aviones no tripulados, hecho que no fue corroborado por Occidente, al dudar de la presunta intención de Ucrania y de la versión del invasor.

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Pese a los roces con los mercenarios, los de Putin mantienen varias ofensivas al bombardear de manera simultánea en la última jornada Kiev, Odesa, Járkov, Nikopol y Sumi, con un saldo de decenas de heridos y daños a la infraestructura para mostrar el nivel de represalias si desafían el poder del Kremlin.

Sin embargo, los defensores no desisten en su plan por expulsar a los ocupantes de su territorio y la viceministra de las Fuerzas Armadas de Zelenski, Hanna Maliar, advirtió que éstos “no permitirán que el enemigo rompa la línea de defensa”, al confirmar que se intensificó el apoyo para resistir cuando se acercan a los 250 días de fuertes combates.

Y es que se reportó que los soldados ucranianos alistan acciones más duras contra el rival para destruir posiciones clave y causar un colapso significativo. Medios locales indicaron que la nueva contraofensiva va dirigida a causar pánico al aprovechar la división que persiste entre las fuerzas reconocidas por Rusia y los mercenarios, así como por los choques al alza contra la decisiones rusas.

Además, aliados de Occidente creen que a 14 meses de la invasión, Moscú vive uno de sus momentos más bajos por derrotas y bajas sufridas, pues no les funcionó el supuesto atentado contra Vladimir Putin en el Kremlin y la inteligencia enemiga sostiene que el rival no tiene la capacidad de lanzar ataques masivos.

Al respecto, el jefe de Inteligencia de Defensa, Kirilo Budanov, puntualizó que actualmente Rusia carece de potencial militar y hasta económico, de acuerdo con información de Ukrinform, y en su rearmado el rival no puede llevar a cabo una medida a gran escala, lo que fortalece a los suyos.