El expresidente de Estados Unidos Donald Trump aprovechó un informe en torno a una investigación “excesiva” en su contra, para demostrar que es perseguido políticamente desde antes de asumir su gestión.
Luego de que el fiscal especial, John Durham, revelara que el Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) armó un caso “deficiente” al basarse en información no corroborada hace siete años, en torno al presunto nexo entre el magnate y el régimen ruso, el republicano sostuvo que fue víctima de una estafa al igual que el electorado en el país.
“Nunca debería haberse lanzado la investigación Trump-Rusia”, sostuvo en Truth Social al descalificar el esfuerzo de la oposición para evitar su ascenso al poder y más tarde en entrevista con Fox News señaló al exdirector de la agencia, James Comey, como el culpable de los golpes del Partido Demócrata contra él.
Previamente, Durham recriminó la conducta del FBI al precisar a más de cuatro años de encabezar esta indagatoria que ese caso afectó más la credibilidad de la agencia que de Trump, pues ésta demostró que faltó objetividad y que no hizo nada para evitar una cadena de errores.
Con ello, el aspirante a la presidencia aprovechó este informe para usarlo en su campaña como un aliciente, luego de los golpes mediáticos por el juicio de agresión sexual y los más de 30 cargos imputados por el soborno a la actriz porno Stormy Daniels.