Ante el inicio de un juicio político en su contra, el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, disolvió el Congreso al asegurar que recuperará la estabilidad en el país.
Para ello, el derechista activó la llamada “muerte cruzada”, en apego al artículo 148 constitucional misma que se usa por primera vez en el país desde que se creó su Carta Magna en 2008, bajo la administración de Rafael Correa con el objetivo de superar una crisis de este tipo ante el choque entre los Poderes Legislativo y Ejecutivo.
¿Por qué se le llama 'muerte cruzada'?
A esta decisión se le conoce con ese nombre porque al convocar a nuevas elecciones para la Asamblea Nacional el jefe de Estado también se renueva, con lo que Lasso pone a disposición su cargo.
En dicho proceso podría pelear por el máximo cargo en Ecuador como candidato en medio de la turbulencia, pero con el riesgo de terminar su gestión antes de tiempo para el que fue elegido, pues la población podría cobrarle factura por la decisión que recuerda a la crisis en Perú, donde el entonces presidente Pedro Castillo disolvió el Congreso, pero éste lo destituyó y lo acusó de rebelión por el fallido intento de golpe de Estado, hecho por el que lleva cinco meses preso.
Según la ley, los ganadores de esos comicios, que deben llevarse a cabo en un plazo de 90 días, concluirán las gestiones actuales previstas hasta mediados del 2025.
Todo, en medio de un juicio político
Cabe destacar que no había seguridad de que la Asamblea alcanzara los votos necesarios para destituirlo por supuesto peculado al acusar que firmó contratos con dos empresas a cambio de recursos, pero el líder conservador se adelantó a la votación, que adelantaban para el fin de semana, para no esperar a ese posible golpe.
Y es que la decisión se dio a menos de 24 unos de que Lasso compareciera ante el sector que lo acusa de corrupción, recinto en donde se defendió al sostener que no le han logrado probar ninguna irregularidad y por eso recurrieron a un juicio político, pues insistió que la oposición no cuenta con pruebas ni testigos, pues él no firmó los contratos con los que lo vinculan y recalcó que la supuesta “estrella” denunciante no existe y sólo fue una artimaña para sacarlo del poder.