Ante la “muerte cruzada” declarada por el presidente Guillermo Lasso, el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Ecuador se dijo listo para adelantar las elecciones y ve como fecha tentativa el próximo 20 de agosto.
Líderes del órgano electoral señalaron que, aunque será un importante desafío, hay condiciones para cumplir con los tiempos previstos y llamar a las urnas al mismo padrón electoral de hace dos años ahora para el tercer domingo de ese mes, luego de una primera reunión ante la “grave crisis política”.
La presidenta del sector, Diana Atamaint, adelantó que contemplan todo lo que involucra la renovación de los Poderes Ejecutivo —que incluye la vicepresidencia—, y Legislativo para definir la fecha, al advertir que “tenemos que ganar cada minuto de cada día”.
Enfatizó en entrevista con la cadena Teleamazonas que el proceso podría alargarse si no hay ganador en agosto
—cumpliendo el plazo de 90 días, la sexta parte de los tiempos comunes—, por ello prevén que a mediados de octubre sea la segunda ronda, en caso de ser necesaria, para que las nuevas autoridades asuman este mismo año y no prolongar lo que el jefe de Estado denominó como una “conmoción interna” ante el intento de los congresistas de destituirlo.
Pero aún les quedan seis días para organizar todo el calendario como campañas, debates y otros eventos, pues el plazo de siete días comenzó ayer, según el decreto del líder derechista quien disolvió a la Asamblea Nacional.
Por la tarde, el órgano que encabeza Atamaint aprobó de manera unánime (con el voto de los cinco vocales) el inicio del periodo electoral, como primer paso, para poner en marcha el plan previsto en el decreto 741, al garantizar que cuentan con el personal y la calidad para realizar esta jornada masiva con eventos limitados, pero sin presiones ni interferencias de ningún tipo.
Según la reunión de ayer la próxima semana realizarán el Primer Consejo Consultivo para acercarse a todas las fuerzas políticas del país, esto luego de que la Corte Constitucional respaldó la polémica medida de Lasso y que se usa por primera vez en Quito desde que fue creada para destrabar un conflicto entre poderes, pese a la impugnación de legisladores, según revelaciones del socialcristiano Esteban Torres.
Pero la oposición se lanzó contra dicho órgano al señalar que éste cedió ante las presiones del derechista, hecho que no respondió ni el CNE ni el presidente, pero los disidentes acusaron al sector de politizar las elecciones.
Los congresistas, encabezados por el titular de la última legislatura, Virgilio Saquicel, sostuvieron que esperarían la resolución de la Corte, pero como esta fue adversa arremetieron contra el CNE al denunciar que no esperó para cumplir los deseos del Ejecutivo.
Y escalaron su afrenta con el Consejo electoral al advertir que dicho órgano también está sujeto a control político y jurídico, pues adelantaron que buscan alternativas para revertir la disolución del Legislativo con la amenaza de que en cuanto los restituyan retomarán el juicio político contra el presidente. Pero no hay garantías de que eso ocurra.
