Nueve activistas ambientalistas del grupo Última Generación pintaron de negro la Fontana di Trevi este domingo, en el centro histórico de Roma. Se sumergieron en las aguas ennegrecidas y desplegaron una pancarta con la leyenda: "No paguemos por los fósiles", mientras gritaban: "Nuestro país se muere".
Sus arengas eran en referencia a la devastación ocurrida por las lluvias torrenciales en Emilia Romaña, las cuales han causado graves inundaciones al noreste de Italia. Los presentes reaccionaron con indignación a las protestas de los jóvenes, que fueron abucheados e insultados.
La Policía Municipal intervino para dar por concluido el acto de protesta por parte de los ambientalistas. Roberto Gualtieri, alcalde de Roma, expresó su rechazo ante estos actos a través de su cuenta de Twitter.
"Basta de estos ataques absurdos a nuestro patrimonio artístico. Hoy la Fontana di Trevi se manchó. Es caro y complejo de restaurar, esperando que no haya daños permanentes. Invito a los activistas a competir en un terreno de discusión, sin poner en riesgo los monumentos", expresó el mandatario local.
De acuerdo con el mandatario local, la rápida intervención de las autoridades impidió que los activistas vertieran las muchas latas del líquido con carbón que portaban y los daños no fueron irreparables. Gualtieri informó que para las labores de restauración se tendría que despilfarrar 300 mil litros de agua.
Más tarde, a través de redes sociales, el alcalde de Roma informó: "Los trabajos de restauración de la Fontana di Trevi están completados. Ahora puede volver a encartar al mundo".
DGC
