Una mujer de 95 años falleció una semana después de que un policía le diera una descarga eléctrica con su táser en un asilo de ancianos en Australia.
La Policía de Nueva Gales y el hospital en donde era atendida, confirmaron el deceso de Clare Nowland, luego de que la familia de la mujer -quien presuntamente amenazó a residentes de la casa de retiro Yallambee Lodge- denunció que sufrió graves lesiones.
De acuerdo con el relato de los familiares al diario The Sydney Morning Herald, la mujer (quien padecía demencia), sufrió una fractura de cráneo y una hemorragia cerebral, y se encontraba en estado crítico luego de golpearse fuertemente la cabeza tras ser derribada por la descarga con la que un agente intentó detenerla, luego de reportar que la mujer estaba armada con un cuchillo, el cual sustrajo de la cocina del inmueble.
No representaba un peligro, declaran residentes
Los pacientes sostienen que Clare Nowland no era un peligro, pues tenía problemas para caminar por su avanzada edad y cuando fue reducida con esa arma paralizante apenas se sostenía en pie con una andadera; además, criticaron la actuación policial contra una mujer mayor tras disparar directamente el arma eléctrica a su pecho.
Incluso, diarios locales recordaron que este tipo de pistolas de descarga están prohibidas contra adultos mayores y niños, debido al daño que puede provocar en ellos; Nowland apenas pesaba 45 kilos, por lo que la descarga fue letal.
La Policía abrió una investigación en contra del oficial, quien fue separado inmediatamente de sus labores.
Cargos por presunta negligencia
Inicialmente se establecieron cargos por presunta negligencia ante los daños con la pistola eléctrica, pero se prevé que añadan otros como homicidio tras el deceso de la víctima.
No obstante, las autoridades no dieron más información sobre las investigaciones y sólo externaron sus condolencias al garantizar su respaldo a los deudos de Clare. “Seguiremos ofreciendo apoyo a su familia y pedimos que su privacidad sea respetada”, se lee en el comunicado.